Mantener la promesa de la vida peruana

Por Enrique Planas

Pocas veces hemos vivido un escenario tan dividido como la actual elección presidencial. El historiador José de la Puente Brunke, decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la PUCP, imagina solo dos momentos comparables en nuestra vida republicana: la profunda rivalidad entre caceristas y pierolistas a fines del siglo XIX y el fenómeno del antiaprismo a principios de la década del 30. La primera tuvo su corolario en la guerra civil de 1895, la segunda supuso años de persecución política, violencia y golpes de Estado para evitar la llegada de Víctor Raúl Haya de la Torre al poder. Tiempos sin concordia ni diálogo, en los que los peruanos nos olvidamos que el país nos cobija a todos. Sin embargo, tanto entonces como hoy, el Perú siguió existiendo. Y estará allí cuando despertemos mañana lunes.?Restablecer el vínculo?Semanas consumiendo campañas de miedo, ?fake news?, sintiendo la presión para decidirnos por un candidato. ¿Cuán difícil será que la mitad de los peruanos se reconcilie con la otra mitad tras estas elecciones, después de haber dicho cosas para arrepentirse?Para el psicólogo Jorge Yamamoto, investigador de las mentalidades tanto en pequeñas comunidades tradicionales como en grandes ciudades, al día siguiente de las elecciones se mantendrán en el ambiente dos fuerzas contrapuestas: por un lado, el esfuerzo por conciliar los resultados, a causa de miedos que no se disolverán antes del 28 de julio. Por otro, aquellos que se asuman perdedores podrían pasar a una oposición activa, autopercibida como una forma de patriotismo. ?La forma como se desenvuelvan los ganadores y perdedores, incluso los pequeños detalles que exhiban, la forma en que empiecen a concretar sus cuadros y cómo sus promesas empiecen a convertirse en realidades será fundamental para que la balanza se incline por el primero o por el segundo escenario?, señala.Tendiendo al optimismo, el escritor y publicista Gustavo Rodríguez piensa que los vínculos entre amigos y familiares volverán a tejerse pasado cierto tiempo. ?Pronto se olvidará lo negativo y empiezan a renovarse los afectos?, añade recordando otras elecciones. Sin embargo, Rodríguez reconoce que la virulencia en estas elecciones se ha notado mucho más tanto por la fuerza diseminadora de las redes sociales como por el miedo que ya había sembrado la pandemia. ?Es la tormenta perfecta?, dice.El sociólogo Sandro Venturo advierte que habrá algo que no cambiará luego de esta segunda vuelta...

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