Malvinas, Hong Kong y Gibraltar

Por Mariano Grondona. Periodista

Estamos tan acostumbrados a pensar el mundo como una red de ?Estados nacionales? en los cuales la categoría ?política? de un Estado soberano coincide con la categoría ?cultural? de la nación que alberga, que tendemos a descuidar el hecho de que, en tanto que los ?estados nacionales? llenan apenas los últimos doscientos años de la historia ?la edad de ?nuestro? Estado nacional? sus protagonistas más frecuentes no han sido los Estados nacionales sino los Estados ?imperiales?.

La principal diferencia entre un Estado nacional y uno imperial es que, mientras aquél busca ser una unidad compacta, con un solo idioma y un solo pueblo, el imperio busca reunir bajo su mando una multitud de pueblos e idiomas diversos. Las Malvinas, Hong Kong y Gibraltar reflejan un mismo proceso: la ardua transición por la que han pasado algunos ?trozos? imperiales cuando se los quiso transferir del mundo de los imperios al de las naciones.

Viniendo de zonas geográficas tan alejadas, las Malvinas, Hong Kong y Gibraltar tienen, empero, un rasgo en común: todas ellas son muñones desprendidos del Imperio Británico.

Al comprobar que el nacionalismo pugnaba por desplazar al imperialismo, el Reino Unido adoptó una actitud pragmática, caso por caso. Por eso, mientras devolvió Hong Kong a China, aún se aferra a Gibraltar y a las Malvinas. Estas últimas, al contrario, se asemejaban bastante entre sí. En ambas colonias los ingleses habían instalado una población trasplantada, y en ambos casos estas poblaciones traídas de...

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