Malthus de cabeza

Por RICHARDWebbNo todo lo que mejora la vida se encuentra incluido en el PBI. Un ejemplo es el avance logrado en cuanto al control de la natalidad. La práctica no es nueva. Desde hace milenios se conocen métodos folclóricos de control, a veces con gran éxito, como es el caso de algunas tribus de la Amazonía. Pero el progreso de la ciencia médica durante el siglo veinte ha traído métodos nuevos, con alta efectividad, bajo riesgo médico y costos accesibles para las familias más pobres. Según las Naciones Unidas, dos de cada tres parejas en el mundo ahora practican el control, y más de la mitad utilizan métodos modernos como el IUD y, especialmente, la esterilización. En la República Dominicana, por ejemplo, el 41% de las mujeres emparejadas ha adoptado la esterilización y en México, el 36%. La capacidad para decidir el tamaño de la familia, y decidir además los momentos más oportunos para la concepción, se ha vuelto un poderoso instrumento para salir de la pobreza y, más generalmente, para la liberación humana. La adopción masiva de las nuevas prácticas de control ha sido mayormente una decisión voluntaria de las familias. Al mismo tiempo, millones de decisiones familiares han dado lugar a una dramática reducción en la tasa de crecimiento de la población mundial, desde un pico de 2,1% al año en 1968 a su tasa actual de 1,1%. Según Malthus, el aumento inevitable de la población nos condenaba a pobreza. Pero lo que vivimos hoy es una frenada poblacional que estaría contribuyendo a la extraordinaria reducción de la pobreza en el mundo. La coincidencia es notable en la India y la China, los dos países que más han contribuido a la reducción de la pobreza, y que han visto una masificación de la planificación familiar, especialmente vía la...

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