El MALI en la ciudad

Por Natalia Majluf-Directora del Museo de Arte de Lima-La semana pasada inauguramos las salas permanentes del Museo de Arte de Lima (MALI), renovadas gracias a un importante aporte del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo, a través del Plan Copesco Nacional. Son treinta y cuatro espacios que permiten recorrer lo que sin duda es la mayor colección de arte peruano en el mundo. Con esta obra el MALI consolida su lugar como uno de los principales museos de América Latina. Pero si bien se cierra un capítulo en la historia de la institución, estamos por empezar una nueva etapa de integración al proceso educativo y al desarrollo del turismo en la capital. Esa no es una tarea fácil, y no lo será mientras nos mantengamos, físicamente, como un islote aislado en la trama urbana.Es necesario imaginar un nuevo horizonte para el museo y para la ciudad. El punto de partida para nosotros es el concurso de arquitectura que convocaremos a fines de año para el diseño de una ampliación a subsuelo, que será ejecutada sobre el hemiciclo adyacente al Palacio de la Exposición, terreno que nos ha sido concedido por la Municipalidad Metropolitana de Lima. En este contexto, hemos iniciado conversaciones con la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico, entidad que tiene a su cargo la ejecución de la línea 2 del metro, para incorporar la salida de la estación proyectada frente al museo al concurso de arquitectura. Pues el reto no es solo el de crear espacios adecuados para albergar las colecciones del museo, sino integrarnos a un espacio urbano que todavía es difícil e incluso inhóspito. La articulación con el nuevo metro promete, sin embargo, abrir nuevas y mejores perspectivas para esta zona de la ciudad. Es la ocasión de recuperar los ejes perdidos de la capital. A lo largo del siglo XX la falta de una visión de largo plazo consiguió hacer de Lima una ciudad sin horizontes, construida sobre el caos y la fragmentación. Así como el trazado de grandes avenidas destruyó parcial o totalmente monumentos coloniales como las iglesias de Santa Teresa y Santa Rosa, o el convento de San Francisco, también el Parque de la Exposición fue gradualmente mutilado por la construcción del Paseo Colón, la avenida Wilson y el Paseo de la República. Hoy no queda más que la sombra de ese gran parque, que quedó marginado de La Victoria y desarticulado del Parque Neptuno y del Paseo de la República. Es indispensable recuperar una visión integral, que permita transformar positivamente esta...

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