En mal pie

Por Hugo Guerra. PeriodistaTras el anodino mensaje a la nación del 28 de julio, la conclusión no es alentadora: empezamos el tercer año del régimen nacionalista en mal pie y con pocas esperanzas de que la crisis política remonte por lo menos en el corto plazo.Es difícil entender qué pasó por la mente del mandatario, pues el reto era preciso; el comandante Ollanta Humala debía intentar reconectar su gobierno con una ciudadanía hastiada por la soberbia del Congreso y claramente molesta por la falta de liderazgo presidencial. Para lograrlo resultaba necesario no solo efectuar una autocrítica razonable, sino también anunciar algunas medidas clave orientadas en tres sentidos: reforma integral del Gabinete Ministerial, perseverancia en una hoja de ruta institucional cada vez más desdibujada y fortalecimiento de las estrategias de conducción económico-financiera.Respecto a lo primero, a contrapelo de la lógica, se mantiene a un primer ministro ineficiente como principal operador político del gobierno, al punto que hoy no hay interlocución adecuada de un gobierno sin partido propio, con muy pocos líderes oficialistas, con un presidente del Congreso obsecuente ante quienes están a favor del gobierno, pero intolerante con la crítica, y con ministros que hacen agua en sectores vitales (Defensa, Interior, Justicia, Salud, Trabajo y Educación). Si a eso se añade la mala percepción pública en relación al exceso protagónico de la señora Nadine Heredia, es evidente que en el nuevo año político el humalismo tendrá mucha dificultad para hacer frente a una oposición social literalmente lanzada a la calle, una izquierda marxistoide en vías de recomposición y un aprismo revitalizado.Sobre la orientación gubernamental, los errores políticos del segundo año (la abortada compra de La Pampilla, el...

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