Facción del Vraem y mafias organizadas son objetivos primordiales de la Dircote

Por óscar castillaLa Dirección contra el Terrorismo (Dircote), el principal aparato policial del Estado en la lucha contra Sendero Luminoso (SL) y el MRTA, cumplió ayer 30 años, los últimos de los cuales los pasó persiguiendo a los rezagos de su viejo enemigo en la selva cocalera de Ayacucho y a las mafias internacionales que han evolucionado en su accionar. Ante estos retos del crimen organizado, la policía antisubversiva ha pedido instalar un equipo de escucha legal de las comunicaciones.El jefe de la Dircote, Vicente Álvarez, reveló a El Comercio que la instalación de un sistema de interceptación de las comunicaciones reforzaría el combate contra los grupos criminales y el apoyo a otras unidades, como hace la Dirección Antidrogas (Dirandro). Esto debido a que durante la última década han surgido organizaciones diferentes a las mafias del narcotráfico, SL y el MRTA, estos dos últimos objetivos naturales de esta división.La evolución de la Dircote no es novedad en su historia. El 5 de julio de 1983, esta unidad fue creada sobre la base de otros dos grupos de la Dirección de Seguridad del Estado. Aquel año, el Comando de la Policía de Investigaciones del Perú (PIP) envió a la Prefectura de Lima a un grupo de 60 agentes con éxitos en la lucha contrasubversiva iniciada en 1980, y dejó sus oficinas en la Escuela de Instrucción de Chorrillos y en una estación policial de Miraflores, para instalarse en la avenida España. Dirigidos por el coronel Víctor Gastelú, aquellos agentes integraron la primera promoción de la Dircote que combatió al comité senderista que operaba en las universidades de Lima realizando ?escuelas populares?, alumbrando cerros con la señal de la hoz y el martillo y detonando torres de luz, puestos de la PIP, fábricas de la Carretera Central, la avenida Argentina; centros comerciales y embajadas; y las sedes de Acción Popular, en el gobierno de entonces.Uno de los fundadores de dicha unidad, el hoy coronel (r) Javier Palacios Ortiz, recordó que los primeros agentes de la Dircote vivían en ajetreo perpetuo, elaborando ficheros de subversivos, coleccionando fotos y atestados; mientras rivalizaban por manejar los viejos Chevrolet que utilizaban en sus operaciones. En tanto, los calabozos se llenaban de senderistas y los interrogatorios y las investigaciones se prolongaban hasta la madrugada, al ritmo del frenético tecleo de las máquinas Olivetti.Del campo a la ciudad?Luchamos contra un enemigo inteligente y organizado, que...

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