Maduro se quita la careta

Por Carlos Alberto Montaner. Periodista y escritor cubanoNicolás Maduro no pondrá en libertad a Leopoldo López, pese a la evidente injusticia. Lo quiere tras la reja, aunque no haya cometido delito alguno. Se trata de un modo de escarmentar a los venezolanos para detener las protestas callejeras que la Constitución ampara. No estamos ante un proceso judicial, sino ante un linchamiento.Incluso, a Maduro le conviene que Leopoldo sea inocente. Como enseñó el padre Lenin, la clave de la obediencia es el miedo, la inseguridad. Es la ominosa certeza de que el Estado puede descargar su fuerza cuando lo decide la policía política sin que exista una previa violación de la ley. Lo importante no es la legalidad, esa despreciable minucia burguesa, sino la revolución.Pero hay mucho más.Nicolás Maduro afirma que la diputada María Corina Machado es una asesina que trata de matarlo. ¿Pensaba lanzarle una gramática de Andrés Bello a la cabeza, como afirman los malvados enemigos del chavismo? No lo creo. La señora Machado es ingeniera civil y sabe que el libro habría quedado destruido al chocar contra esa gloriosa testa roqueña, bendecida por Sai Baba, a prueba de cualquier fisura por donde pudiera colarse un átomo de cultura.Por su parte, la fiscal general, la señora Luisa Ortega Díaz, al frente del sicariato que en Venezuela se conoce como Poder Judicial, acusó de intento de asesinato a tres demócratas de la oposición: el ex embajador Diego Arria, el ex director de PDVSA Pedro Burelli y el abogado Ricardo Koesling. En la fantástica trama, como era predecible, también figura el ?americano feo?, Kevin Whitaker, siniestro embajador de Estados Unidos en Colombia.¿Por qué y para qué Nicolás Maduro fabrica una acusación tan ridículamente falsa?El porqué resulta obvio: porque su popularidad cae en picada como consecuencia del inmenso caos económico en que el chavismo ha sumido a Venezuela y necesita desesperadamente cambiar el foco del debate.Maduro intenta ocultar el hecho de que es el peor gobernante de América Latina. No quiere que la sociedad proteste por el desabastecimiento, la inflación, la corrupción, la oleada de crímenes impunes que no cesa (de 4.500 en 1999 a 21.692 en el 2013, aumento del 382%). Quiere centrar la atención en el magnicidio. Piensa que un acontecimiento de esas dimensiones puede desviar la atención de la prensa internacional.Aunque el desastre se inició hace ya muchos años, en el 2013, desde que Maduro asumió las riendas, según el...

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