La lucha para evitar que sigan talando el gigante de la selva

El ejemplar ante el cual estábamos parados se elevaba hasta superar los 50 metros.

Un árbol madre tan imponente alcanza dicho tamaño en 1300 años. Es tan viejo que cuando empezó a germinar, la Señora de Cao gobernaba en el norte, mientras que en Europa se encendían las hogueras de la Edad Media luego de la caída del Imperio Romano.

Sin embargo, esta enciclopedia de la Amazonía llamada árbol de shihuaco sigue siendo tumbada en minutos y su madera vendida como piso para casas.

"Los bosques naturales no están para darnos madera. La salud del bosque no es negociable; de ella dependen los servicios indispensables para vivir. Hay que cuidarlos, porque el bosque nos cuida a nosotros. Un bosque saludable es lo que necesitamos, no madera. El desarrollo no puede sustentarse en la destrucción. Si no cambiamos, empeoraremos la crisis pandémica y climática", afirma Tatiana Espinosa, directora de Arbio.

Espinosa, quien gestiona una concesión que alberga grandes shihuachuacos en un territorio semejante en tamaño al distrito de Miraflores, dice esas palabras ante el trágico escenario de otro ejemplar tumbado hace unos tres meses. Solo quedan la raíz y la copa. Los madereros se llevaron el tronco y luego vendrán quienes transformarán los restos en carbón.

Así, un venerable personaje de la Amazonía se habrá convertido en un producto comercial gracias a las leyes de un Estado como el peruano, que no ha considerado que estos árboles son irremplazables. Recién en 300 años el árbol reforestado podría alcanzar un valor comercial en el bosque natural.

Y nadie garantiza que llegue a esa edad.

Iniciativas

Hemos llegado hasta Arbio luego de un viaje de tres horas por el río Las Piedras. Esta vez el llamado de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR