Llegar a Puno desde más arriba

Por Carlos Hurtado De Mendoza N. Periodista

Si algo les queda claro a los empresarios del turismo en el Perú, es que no importa cuán lejos o escondido esté un destino, porque si vale la pena conocerlo, los turistas de cualquier lado del mundo encontrarán la forma de llegar. Un buen ejemplo de lo dicho es Puno –la cuarta región más visitada del país por los extranjeros– y el aeropuerto internacional Manco Cápac, en Juliaca, su único acceso aéreo.

Puno y su joya, el lago Titicaca, están a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, por lo que arribar ahí por aire no es fácil. Sin embargo, hay registro de vuelos exitosos a la zona desde 1921, cuando el italiano Enrico Rolandi aterrizó en un aeródromo rural de Juliaca con un biplano Ansaldo.

Por su planicie, Juliaca ha sido –desde el inicio de la aviación civil en el Perú– la entrada al altiplano peruano. Tras el arribo de Rolandi y ya en la década de los 30, la aerolínea alemana Lufthansa operó vuelos con cierta regularidad a la zona, pero no fue sino hasta los años 60 que se instaló el actual aeropuerto Manco Cápac.

Pese a que este terminal aéreo tiene ahora la pista de aterrizaje más larga de Latinoamérica (4.200 metros), no siempre gozó de las mejores condiciones operativas. Al principio solo fue un aeródromo de pista afirmada. Aun así, a lo largo de las cinco décadas que este 2013 cumple, pasaron por su base las aerolíneas nacionales Faucett, SATCO y TAM.

Hoy, el terminal aéreo de Juliaca es considerado el segundo más alto de Sudamérica, después de El Alto de La Paz (Bolivia), que lo supera por apenas 260 metros. Tomando en cuenta la dificultad de acceso en cada caso, el...

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