Un limón en la sortija

Por Arellano Consultoría para Crecer

La escasez y el mayor precio de los limones son situaciones conexas que felizmente cada vez más peruanos entendemos. Veamos.Si el lector le dijera a un canadiense que es injusto que el limón cueste diez veces más en ciertas épocas que en otras, este probablemente pensará: ¿de qué planeta es este señor? Es natural que en períodos de cosecha haya mucho producto y baje el precio, y que en tiempos de escasez el precio suba.El nórdico no sabe que usted viene de un extrañísimo país con cientos de microclimas que permiten producir casi de todo, casi todo el año, y donde las estaciones son menos intensas y, por lo tanto, menos percibidas por algunos citadinos. Si, como el canadiense, el campesino piurano dirá que es normal que haya menos limones en setiembre, pues luego de la producción la mayoría de plantas descansa, lo extraño es que, ocurriendo todos los años (y por eso ya muchos lo aceptan con naturalidad y hasta hacen memes sobre el tema), algunos quieren seguir pagando por el cebiche igual que en el período pico.Eso lo saben de otra forma las mejores economistas peruanas, las mamás conservadoras que cada vez que van al mercado eligen la mezcla más rendidora de productos. Así como cuando el pollo sube ellas compran pescado o sirven huevo frito, y hacen lo mismo con la cebolla y la papa, que reemplazan con yuca o camote, entienden que la ensalada o el lomo saltado se pueden hacer con un poquito de vinagre si el limón está...

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