Las Limas de Salazar Bondy y Eielson.
| Autor | César Peña, Paulo |
| Cargo | CIUDADES VIOLENTAS |
[ILUSTRACIÓN OMITIR]
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En 2014 se celebra no solo el nonagésimo aniversario del natalicio de Sebastián Salazar Bondy y Jorge Eduardo Eielson, sino también medio siglo de la publicación del ensayo Lima la horrible. La llamativa cadena de coincidencias forjada alrededor de ambos autores, junto con el hecho de que mantuvieran hasta la muerte una amistad iniciada cuando no eran más que anónimos jóvenes, lleva a pensar en su relación como una de características similares a la que surge entre los lados opuestos de una medalla, cada uno con un retrato, cada retrato con su respectiva mirada hacia el horizonte. Una medalla que si se hace girar con un determinado impulso, dejará ver en su frenética danza un único rostro.
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Ambos escritores trascurrirán su infancia --y parte de su juventud--en el Centro de Lima, alrededor del Parque Universitario. Así pues, mientras Sebastián nacerá en una casa ubicada en una calle paralela a la avenida La Colmena, a la altura de la Iglesia de los Huérfanos; Jorge Eduardo estudiará los últimos años de la secundaria en el Colegio Nacional de Varones Alfonso Ugarte, el cual ocupaba el mismo lugar donde hoy se yergue el imponente edificio que alguna vez albergó al Ministerio de Educación. Será por Javier Sologuren --quien conoce a Jorge Eduardo desde 1939 pues es su amigo de barrio, y a Sebastián solo tras ingresar a San Marcos en 1943--que ambos se podrán contactar.
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Una coincidencia que por su posterior importancia no debería dejar de ser mencionada es el descalabro económico que sufrirán sus familias por la ausencia del padre. Sin el eje masculino, necesario para el mantenimiento del grupo familiar dentro del contexto en el que se hallan ambos casos, se hará difícil, si no imposible, continuar como parte de la clase alta o media alta. No les quedará, entonces, más que adecuarse a un nuevo escenario, donde los privilegios se verán acabados de improviso y saldrán a la luz, como nunca antes, los estrictos mecanismos de control de una sociedad como la limeña. Así, la conservación de las apariencias devendrá en ley que deberá ser cumplida de cualquier forma.
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Al respecto, Sebastián, en un texto de claro corte autobiográfico, leído en Arequipa en el marco del Primer Encuentro de Narradores Peruanos, declarará lo siguiente: "Mi padre, emigrado del norte, de Chiclayo, se hizo de una relativa posición social y económica en el comercio, que hizo crisis alrededor de 1933, con una quiebra y su muerte (...) la crisis significó...
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