Lima pierde el control político

Por Rober VillalvaFraga

Cuando el expresidente Pedro Castillo decidió dispararse a los pies, en términos políticos, y anunció la disolución del Parlamento, la reorganización del Poder Judicial, del Ministerio Público, de la Junta Nacional de Justicia y del Tribunal Constitucional, no hizo otra cosa que tirar al piso el discurso político del sombrero que utilizó como símbolo provinciano para ganarle la presidencia a Keiko Fujimori.Los electores van a las urnas para elegir al político que les inspire un poco más de confianza con cierta dosis de intereses o ideales. Ganar una elección no es un concurso para identificar quién hace o gasta más en redes sociales o propaganda electoral. Pedro Castillo, de la mano de Perú Libre, irrumpió con un caudal electoral desde el interior del país.La gente elige a sus autoridades porque quiere verse representada en la foto que aparece en el anuncio publicitario. Son tiempos en los que la población se aleja de los políticos ya conocidos y busca reivindicaciones sociales al no ser escuchada. Esa es la causa que moviliza y movilizó a los ciudadanos fuera de la capital para respaldar en su momento a Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y al mismo Pedro Castillo. Y, nos guste o no, Lima no necesariamente tiene el control político del país.Pedro Castillo ganó la Presidencia de la República por un estrecho margen, pero también es cierto que la base electoral de Lima nunca apoyó su propuesta política por lo que no...

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