Lima, la ciudad de los escandaletes

Por Pedro Ortiz Bisso. PeriodistaLas enormes posibilidades que tiene Lima de obtener mañana la sede de los Juegos Panamericanos del 2019 se deben, entre otras razones, a que algunos de los ofrecimientos que se hicieron en la postulación anterior, para el certamen del 2015, ya son una realidad. El Estadio Nacional, el Metropolitano y el metro son tres botones de muestra.En esta oportunidad, Lima parte con otras ventajas. Por la dimensión de este certamen ?una suerte de olimpiadas continentales?, al comité organizador no solo se le exige habilitar o construir escenarios deportivos, sino también mejorar la infraestructura vial y otros servicios, algunos de los cuales, en el caso de nuestra capital, ya se encuentran en marcha. La ampliación de la Vía Expresa; las mejoras en la autopista Ramiro Prialé, las carreteras Panamericana Sur y Norte, y la Vía de Evitamiento; la construcción de la línea 2 del metro y los nuevos corredores viales ?en proceso de licitación?, le darán una cara distinta a Lima, menos salvaje de la que debemos soportar hoy, en los seis años que restan para la justa.Lo importante es que el grueso de estas iniciativas ?y otras aún en etapa de proyecto? ha sido posible gracias al impulso de la empresa privada.A pesar de concentrar a casi el tercio de la población del país, la municipalidad maneja un presupuesto de unos 1.388 millones de soles, monto insuficiente para atender el enorme déficit de servicios que arrastra la ciudad hace añares.La administración Villarán ha sido inteligente al abrirle las puertas a la inversión privada, dejando de lado potenciales ataduras...

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