Lima cierra una Semana Santa plena de fervor

Por Luis Silva Nole

Si Jesús no hubiera resucitado, nada tendría sentido. Ni los ramos, ni las misas, ni las procesiones, ni los vía crucis. Tampoco las escenificaciones de la crucifixión y los concursos de alfombras de flores. Con esa convicción, los miles de limeños que durante los últimos días vivieron con intensidad y fe los ritos de Semana Santa celebran hoy la fiesta más grande de la cristiandad: la Pascua de Resurrección.

En realidad muchos lo comenzaron a hacer anoche con su participación en la Vigilia Pascual, que cada parroquia celebró, en promedio, desde las 8 p.m. En algunas iglesias esta liturgia se realizó en la madrugada de hoy.

?El pueblo limeño, como siempre, ha demostrado en estos días que es fervoroso en su fe, que tiene hambre y deseo de Dios?, explicó anoche a El Comercio el sacerdote diocesano Víctor Solís, párroco de La Encarnación, del Cercado de Lima, mientras se preparaba para la vigilia.

?La Vigilia Pascual es más larga en duración que, incluso, la misa dominical. Se enciende el cirio pascual, que es símbolo de Cristo resucitado, luz del mundo?, explicó el sacerdote.

Solís detalló que durante la vigilia también se realiza una extensa Liturgia de la Palabra, con siete lecturas del Antiguo Testamento, otra de una carta de San Pablo y el Evangelio.

Luego se predica la homilía y se renuevan las promesas bautismales. ?La liturgia de esta vigilia es la más importante de la Iglesia Católica?, subrayó Solís.

EL COLOR DE LA FEEn estos días...

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