La libertad no se discute

Por Rafael Belaunde A.-político-El desdén por los valores que sustentan la democracia y la tendencia a relativizar las libertades inherentes a ella, son un lastre que arrastran nuestras sociedades subdesarrolladas desde tiempos pretéritos. El apoyo popular que en su momento lograron regímenes autoritarios como el de Velasco o Fujimori puso en evidencia la fragilidad de nuestra democracia. Desafortunadamente, para muchos desorientados, el apotegma según el cual los individuos tenemos derechos inalienables, anteriores y superiores a los del Estado, no sería más que una frase vacía, carente de real contenido. Pero la libertad, y la de prensa es parte de ella, es superior al capricho de cualquier intonso o cualquier vivo, y ante el embate de algunos recelosos de ella, ávidos por coactar la libertad ajena, es obligación alertar a la población sobre la inminencia y los peligros de la actual amenaza. Ya en el pasado, para evitar la incomodidad de la fiscalización y para atropellar impunemente derechos ciudadanos, en 1974, el velascato confiscó los medios de prensa. Para fortuna del Perú, seis años después, el mismo día en que asumió la presidencia, Fernando Belaunde Terry los restituyó a sus legítimos propietarios. Que algunos de esos medios hubieran sido implacables y hasta injustos con él, no fue argumento frente a la...

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