El legado de Sendero

Por HistoriadoraUno de los más altos dirigentes de Sendero Luminoso ?la organización criminal más letal de nuestra historia republicana? ofreció hace unos días una entrevista a ?Caretas?. Haciendo gala del aire de superioridad moral que define a los terroristas y sin mostrar un ápice de arrepentimiento por el daño cometido contra el Perú, Osmán Morote renovó su apuesta por la falacia redentora compartida por los cientos de hombres y mujeres que se embarcaron en la denominada guerra popular. Así, el verdadero culpable dentro de su relato no es el preso, condenado por sus execrables crímenes, sino su carcelero: un Estado Peruano imaginado desde la soledad de la prisión. ?Hace años leí en uno de los textos de Lenin que la reacción se esmeraba en convertir el derecho penal en una telaraña para cazar a los hombres como moscas, y que cuando más pugnen por liberarse, más se envuelvan?, afirmó Morote, el cientista social. Agregando que la tela de araña no puede durar ?indefinidamente?, porque, aunque el encarcelamiento es duro, ?jamás nos someterá? y mucho menos ?debilitará nuestra profunda convicción de que el futuro pertenece al proletariado y al pueblo?. Como muy bien lo ha anotado José Luis Rénique en su excelente libro ?La voluntad encarcelada?, el senderismo define al Perú, en especial a su ?Estado burgués decrépito y corrupto?, no solo con las categorías de la tradición radical (iniciada por Manuel Gonzáles Prada), sino desde las cuatro paredes de una prisión física y mental. Inventar un enemigo unidimensional (la tela de araña atrapando inocentes moscas) dota al combatiente de una misión cuasi escatológica, en la cual su voluntad se fortalece a partir de la mitificación y simplificación de la historia del Perú. ?Somos los iniciadores. Comenzamos diciendo somos los iniciadores. Terminamos diciendo somos los iniciadores [?] Camaradas, la hora llegó, no hay nada que discutir, el debate se ha agotado. Es tiempo de actuar, es momento de la ruptura, y no la haremos en lenta y tardía meditación, ni en pasillos ni en cuartos silenciosos, la haremos en el fragor de las acciones bélicas?. Esta frase narcisista de Abimael Guzmán, además de revelar su ausencia de conocimiento histórico, se engarza, ironías de la vida, en una tradición decimonónica en la que la fundación de un tiempo nuevo, la eliminación del otro-enemigo y la reescritura de la historia convergen para crear el laberinto político y conceptual del que aún no logramos escapar. En ese...

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