Juicio nublado

Por FernandoRospigliosiAl discutirse la posibilidad de que el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) sea vacado por el Congreso se están mezclando ideas, conceptos y prejuicios, produciendo al final una gran confusión. Uno de los errores más frecuentes es no diferenciar el juicio político al presidente con el proceso judicial. Así, algunos dicen que hay que esperar hasta que se formule una acusación fiscal con evidencias incuestionables. Otros manifiestan que no puede ser juzgado dos veces por el mismo delito. Nada de eso tiene sentido. A los presidentes no se les destituye en América Latina porque se les haya probado un delito ?a ninguno de los 15 que han caído en las últimas décadas se les comprobó delito alguno al momento de derrocarlos?, sino porque son indeseables, a decir del cientista político de la Universidad de Pittsburg Aníbal Pérez Liñán: ?El juicio político al presidente ha surgido como un instrumento poderoso para desplazar presidentes ?indeseables? sin destruir el orden constitucional?. (?Juicio político al presidente y nueva inestabilidad política en América Latina?). El juicio político ha emergido para reemplazar al golpe de Estado militar tradicional que derrocaba un gobierno e instauraba una dictadura de duración indefinida, cuando un gobierno era débil y repudiado por una proporción importante de la ciudadanía y las élites. Que tenga éxito o no depende del nivel que alcancen las protestas populares contra el Gobierno y los votos que se sumen en el Congreso para vacar al presidente, no de las evidencias que existan para probar los presuntos delitos cometidos por el mandatario. Naturalmente, en el proceso para vacar al presidente, los contendientes utilizan como argumento las pruebas, reales o supuestas, de los hipotéticos delitos que ha cometido. Pero, a fin de cuentas, lo que vale son los votos en el Congreso, que pueden destituir a un presidente corrupto y sostener a un mandatario honesto o al revés, derrocar a un honesto y apuntalar a un corrupto. Al no ser un proceso judicial sino un juicio político, carece de sentido argumentar que nadie puede ser acusado dos veces por el mismo delito, como si se tratara de una cosa juzgada. En verdad, lo pueden acusar en un número indeterminado de oportunidades. El único límite es la situación política favorable o desfavorable para el imputado. El pedir pruebas fiscales o...

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