Juan Tokeshi Gusukuda o Shirota, el camino de la utopía.

AutorZolezzi, Mario
CargoHISTORIAS URBANAS

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Pretendemos más que un oficia, construir una forma de vida

Juan Tokeshi

La opción profesional de Juan Tokeshi (1955-2013) puede ser leída como el intento cotidiano y persistente de unir vida y obra. Teniendo como piso su compromiso con la arquitectura y la enseñanza, Juan edificó un estilo personal de apariencia caótica que materialmente portaba en cajas, maletas y mochilas en las que podíamos encontrar desde libros y planos, hasta zapatos de trabajo, ropa deportiva, estilógrafos, lápices de color y memorias USB. También fotografías, afiches, fotocopias, volúmenes diversos y humildes folletos que daban cuenta de su interés genuino por el arte, el deporte, la política y la cultura, la sociedad, el Perú y el Japón.

Sabía que el desorden de sus libros, de sus incontables libretas de apuntes, (1) cuadernos y hojas sueltas, no tenía remedio. Le había tocado ser así y en medio de todo eso navegaba con tranquilidad, aunque de cuando en cuando refunfuñaba por no encontrar algo que había traspapelado. Pero tenía una gran memoria para recordar personas, todo tipo de personas, aunque preferentemente a los alumnos y alumnas de las muchas universidades en las que enseñó.

Viajero empedernido, conoció mucho nuestro país y su gente. Tanto por razones de trabajo profesional y académico, como por su rol de directivo de cultura del Centro Cultural Peruano Japonés, buscando nikkeis en selva, sierra y costa para integrarlos a "la comunidad". La curiosidad y la amistad fueron sus pasajes a las ciudades y pueblos remotos del Perú.

Limeño victoriano, sufría como gran amante del fútbol, de cuyas contingencias semanales obtenía siempre reflexiones aplicables a la vida, que combinaba con mucha destreza con lo mejor del cine de los grandes directores japoneses y europeos. También lo cautivaban deportes como el vóley--organizó varios equipos con señoras jóvenes delosbarrios donde trabajaba-; el béisbol, que practicaba como buen descendiente nikkei en el diamante del club AELU; y por cierto el ajedrez, en el que con mucho éxito sacaba la cara por desco en los viejos campeonatos intercentros.

Juan fue siempre, y con mucha convicción, un hermano y un hijo. Cultivaba la ingenuidad nacida de la pureza, nunca de la tontería. Si algunos quisieron aprovecharse de esta puerta abierta, pronto descubrieron que no era candidez sino idealismo y naturalidad que se imponían y ganaban el respeto de todos. Como el menor de los hermanos Tokeshi, también colaboraba...

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