Jóvenes, indignados y sin empleo

Por Elizabeth Tinoco (*)

El 2011 fue el año de los indignados. Las protestas se esparcieron por el mundo revelando un creciente descontento con el estado de las cosas y voceando demandas urgentes de cambios. Cualquiera fuera el detonante de las manifestaciones, o sus resultados, o el lugar donde se produjeron, hubo una característica común: fueron protagonizadas por jóvenes. Este no es un hecho fortuito ni producto de la rebeldía habitual con que se identifica el ser joven. Millones de ellos viven una situación dramática en la actualidad, pues, cuando salen a la calle dispuestos a hacer sus vidas se encuentran con que no hay empleo, o que las ocupaciones disponibles son de mala calidad.

Son jóvenes con un futuro incierto. Es por esta razón que la situación de ellos y las alternativas para mejorar sus perspectivas laborales son objeto de discusión de un foro internacional convocado por la OIT este lunes 12 en Perú. En América Latina la tasa de desempleo de los jóvenes es de 14,4%, el doble de la tasa de desempleo general, y el triple que la de los adultos. Al mismo tiempo, 60 de cada 100 personas entre 15 y 24 años que buscan trabajo terminan en empleos informales, en condiciones precarias, sin ningún tipo de protección y con bajos salarios. El desaliento generado por la escasez de empleos decentes lleva a muchos jóvenes a la inactividad. En la OIT estimamos que alrededor de 20% de los 106 millones de jóvenes latinoamericanos no estudian ni trabajan ni buscan trabajo, una situación potencialmente desestabilizadora.

Si consideramos que estamos hablando además de jóvenes con mejor formación que las generaciones anteriores, quienes salen al mercado de trabajo mejor capacitados que sus padres y con la expectativa natural de iniciar una vida mejor, para la que se prepararon, es perfectamente comprensible que la falta de oportunidades sea un caldo de cultivo para la frustración y el enojo. Las consecuencias de esta situación frustrante afectan la gobernabilidad. Cuando estos jóvenes no tienen fe en su propio futuro, cuando no consiguen trabajo ni logran poner en pie sus propias...

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