Un joven de 23 años se enfrenta a una red de tráfico de tierras

Por JUAN PABLO LEÓN ALMENARA

César Bazán (23) es un joven cuya vida debería estar girando en torno a la universidad y a los amigos, pero que a su corta edad ya ha vivido lo que ningún chico debería: vivir al acecho de una gran organización luego de que invadieran un terreno de su familia hace dos años.Esta pesadilla empezó el 1 de setiembre del 2020, cuando unos vecinos llamaron a su papá para avisarle que estaban entrando a su propiedad, en el distrito de San José, Chiclayo. César creía que solo se trataba de un intento de invasión más en el norte del país.Esa misma mañana fueron al terreno César, su papá, su primo y un abogado. Una vez ahí, encontraron a 15 personas encapuchadas, con chalecos antibalas, armas, una retroexcavadora y una caseta prefabricada. ?El sujeto que dirigía todo es Luis Mejía Castañeda?, dice César. ?Cuando nuestro abogado empezó a demostrar con documentos que ese terreno tenía propietario y estaba inscrito en los Registros Públicos, Mejía Castañeda lo agredió a golpes y lo dejó en el piso. Cuando mi papá intervino, Mejía lo pateó en el suelo y le rompió la rodilla. Mi primo intervino logrando que Mejía Castañeda quede inmovilizado?, dice César. Esto recién era el inicio.Fue ahí donde César escuchó que los encapuchados dijeron: ?Vamos de aquí. Él [Mejía] siempre nos lleva a terrenos con dueño?. Quedaba claro que eran personas contratadas para invadir propiedades con dueño.La actitud de la policía era sospechosa desde el inicio. ?Extrañamente habían aparecido dos patrulleros en el terreno invadido sin que nadie se lo haya solicitado, incluso antes de que César y su padre hagan la denuncia. Ellos buscaban algo?, cuenta César. Además, él y su padre ?camino a la clínica y luego hacia la comisaría? tenían un patrullero a su lado o atrás de ellos, vigilando sus movimientos.?En la comisaría, una teniente, la comisaria, comenzó a hablar por teléfono y decía: ?¿No hay armas? Busquen, tienen que haber armas??, recuerda. En medio de este extraño seguimiento policial que le hacían a César y a su padre, descubrieron que Mejía Castañeda ya les había impuesto una denuncia por impacto de bala en la pierna, a pesar de que en el registro que hizo la policía no hallaron ni rastros de un arma ni sangre.El siguiente paso de la estrategia de inculpar a sus propias víctimas fue sembrarles una bala con la que supuestamente atacaron a sus invasores. César sostiene que la comisaria ordenó que les hicieron una prueba de absorción atómica sin...

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