Invertir en finales felices

Por Lucy P. Marcus

Directora general de Marcus Venture Consulting. project syndicate ILUSTRACIÓN: NOMBRE Y APELLIDO Traducido por: Nombre y ApellidoL as inversiones públicas y privadas en la economía real han sido blanco de ataques desde el comienzo de la crisis financiera de 2008. En tiempos difíciles puede parecer lógico hacer recortes en las inversiones a fin de generar dividendos aunque solo a largo plazo, y por ende, seguir teniendo dinero y recursos para abordar problemas de corto plazo. De hecho, los recortes en inversiones para nuestro futuro ?ya sea en las personas, en el planeta, en instituciones políticas o en empresas? es sumamente irracional.Solo mediante inversiones en ideas visionarias, en pensamiento básico, en investigación y desarrollo, y en innovación, podemos garantizar un mejor futuro ?que sea más libre, más pacífico y más próspero ?que el pasado.Por ejemplo, la educación infantil temprana, la medicina preventiva, las bibliotecas, la infraestructura física y la investigación científica básica, todo tiene un costo, y estudios muestran que vale la pena. Sin embargo, cuando los responsables del diseño de políticas necesitan hacer recortes al gasto, la inversión en los bienes públicos es lo primero que a menudo se ve afectado porque los votantes no sienten los efectos en el corto plazo. Gran parte del daño se difiere, y precisamente por esta razón los recortes son atractivos en términos políticos.Sin embargo, la sociedad no debería permitirse este tipo de sacrificios. Debemos empezar a invertir en las personas en el momento más temprano posible, desde el nacimiento. Se necesita un acceso universal a la alimentación de alta calidad y servicios de salud preventivos, así como programas de aprendizaje tempranos para los niños con el fin de crear bases sólidas sobre las que los países en todo el mundo puedan asegurar su futuro avance social y crecimiento económico.De igual manera, para niños y adultos, el valor real se puede encontrar, por ejemplo, en bibliotecas públicas, espacios de encuentro secular y libre que ofrecen acceso universal al aprendizaje, y cada vez más, prestan un servicio de entrada a servicios digitales. Sucede lo mismo con programas culturales e instituciones que estimulan el avance de las ciencias y el florecimiento de las artes. Estas esferas también son necesarias para asegurarse que los ciudadanos pueden contribuir productivamente a sus sociedades y economías.La tentación de recortar la inversión de largo plazo en tiempos económicos difíciles también acecha la esfera privada. Y las empresas en todo el mundo...

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