Instan al Estado a recuperar templos históricos

Por hernán medrano marin

Un nido de gallinazos. En eso se ha convertido el techo de madera de la Ermita de Barranco, el pequeño templo de fachada amarilla que se encuentra a un extremo del famoso Puente de los Suspiros y que se supone forma parte de los atractivos turísticos del distrito. El estado de esta iglesia es tan crítico, que desde hace varios años diversos colectivos y organizaciones nacionales e internacionales han pedido su intervención urgente.Durante un recorrido por la ciudad, El Comercio comprobó que esta situación se repite en muchos templos, algunos con mayor afectación que otros. Por ejemplo, la iglesia Santa Ana, ubicada en el cruce de los jirones Huanta y Huallaga, en Barrios Altos, luce una fachada muy desgastada, además de un techo y una cúpula sucios, con serios daños y rajaduras.El deterioro y abandono de estos templos, no solo en Lima, sino también en el resto del país, ocurre a pesar de existir normativas que avalan la conservación, protección y cuidado de estas estructuras. Dos de estas directrices son la Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación (28296) y la Norma Técnica A.140, sobre bienes culturales inmuebles del Reglamento Nacional de Edificaciones.Al respecto, André Nery, decano de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Científica del Sur, comentó que estas normas establecen que es el Estado, a través del Ministerio de Cultura (Mincul), el encargado de cuidar los inmuebles que tienen la categoría de valor monumental. Sin embargo, precisó que si la iglesia afectada no es considerada monumento o patrimonio cultural, hay vías que se pueden tomar para que sea el Estado de igual forma el que asuma la iniciativa y responsabilidad de intervenir el inmueble.?Se puede gestionar a través del Congreso la inclusión del templo a la lista de monumentos patrimoniales y vincularlo al Mincul, aunque si no resulta también se pueden generar estrategias a nivel regional y municipal para restaurar el inmueble. Es decir, el Estado puede y debe cumplir un rol importante en la intervención?, dijo Nery.Agregó que si bien los templos son un bien privado, de propiedad de la Iglesia, son de uso público y forman parte de nuestra identidad y cultura como país. ?Por ese motivo el Gobierno debería darle prioridad a su cuidado; sin embargo, no lo hace?, remarcó.El experto detalló que un informe del Mincul, publicado en enero de este año, (?Diagnóstico de brechas de infraestructura o de acceso a servicios del sector Cultura?)...

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