El ingenio contra la tutela: una entrevista a Guillermo Nugent.

AutorParedes Oporto, Mart
CargoCULTURA

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La originalidad de la obra ensayística de Guillermo Nugent, destacado sociólogo, historiador y psicoterapeuta, es producto de su singular percepción de la vida cotidiana para explicar nuestras costumbres sociales y políticas, alejándose de clichés, de visiones tradicionales y discos rayados. Sus reflexiones le han valido el reconocimiento dentro y fuera de las aulas universitarias.

Nugent ha publicado recientemente El orden tutelar. Sobre las formas de autoridad en América Latina (CLACSO-Desco, 2010), libro sugerente que estimula a repensar cuestiones como la autoridad y la sexualidad, la importancia de un Estado laico, la diversidad y la igualdad; en suma, el orden impuesto por instituciones tutelares como la Iglesia católica y las fuerzas armadas, y la posibilidad de liberarse de ese avasallamiento a través del ingenio. "Mientras exista esa forma tutelar de autoridad --dice Nugent-- la posibilidad de crear un régimen democrático legítimo, sólido, va a ser siempre muy precaria".

Empiezas el libro de una manera muy sugestiva: dentro de un aula universitaria, donde se supone que debe haber libertad para expresarse. Pero lo que planteas es que los chicos se inhiben de manifestar sus opiniones por temor a la crítica, como si se sintieran menos para hablar sobre temas "serios".

El temor no es a ser criticados, sino a ser descalificados. Me he dado cuenta, en mis años de docencia, que lo más difícil, lo más trabajoso, es lograr que los estudiantes en el aula se sientan con la libertad de expresar su opinión de manera razonable. Y cuando les preguntaba por qué era difícil, era porque los estudiantes se sorprendían de que yo los escuchara. Algo tan elemental como sentirse escuchado no solo es una carencia en nuestra cultura educativa universitaria o escolar, sino en general: la gente no se siente escuchada. Cuando se toman localidades o carreteras, uno trata de escuchar o entender la demanda, y es que la gente quiere que le hagan caso. Un gran padecimiento en el Perú es que mucha gente siente que no le hacen caso.

El colegio es también un espacio donde se acatan reglas, se cumplen órdenes y no hay mucho espacio para la iniciativa personal.

Aparte del temperamento autoritario, que puede haberlo, yo no diría que el de la escuela es un problema de autoritarismo, sino es un tema de pereza intelectual, porque es mucho más fácil dar órdenes que escuchar a los estudiantes. Para un profesor o profesora, escuchar a los estudiantes requiere de muchísimo mayor esfuerzo intelectual que dar la palabra de acuerdo a lo que uno tiene previsto en su papel. Porque las intervenciones de los estudiantes no son programadas. Te obligan a razonar sobre la marcha. Si la educación fuera propiamente autoritaria, los colegios serían muy eficientes. A los autoritarios les encanta la eficiencia. Pero los colegios por lo general no son eficientes y lo que hay es mucha pereza mental, en escuelas y en universidades.

Tú planteas que en el orden tutelar nadie es igual. Hay unos que son más y otros menos.

En realidad, no es que haya unos que son más y otros menos. Aquí el orden sí es clave. En el orden tutelar hay unos que son menos, que son quienes deben ser tutelados. Digo esto porque en el régimen tutelar la responsabilidad no cae en los mejores, sino que los gobernados son los disminuidos. Es decir, en el régimen de tutela lo que cuenta es la incapacidad del tutelado, no los méritos del tutor. El punto crucial en el tutelaje es que hay gente que es menos y esos menos deben ser tutelados por unos tutores. No porque estos últimos tengan méritos, sino porque los tutelados tienen defectos. Vamos a repasar los lugares comunes: hay mucha corrupción, el bajo nivel educativo de la población--que es uno de mis favoritos--, y otro montón de cosas que se dicen para indicar que esta gente, o sea todos nosotros, no nos podemos gobernar a nosotros mismos, sino que tienen que venir otros tutores de fuera del cuerpo político. Para ser tutor no se requiere de un mérito, solo la desventaja del tutelado.

Ese tutelado tiene características históricas. Es andino, quechuahablante, pobre, mujer, ¿Estamos hablando de un conjunto de gente que asume su tutela? ¿Por qué ha sido objeto de ella?

Porque la infantilización te da beneficios secundarios. Ser tratado como niño o niña implica que te eximan de responsabilidad. Hay una complementariedad perversa en el tutelaje: el tutelado se puede sentir muy bien porque hay alguien que se hace cargo de él y no tiene que hacerse cargo de sí mismo. Buena parte de por qué las reglas legales no se cumplen es por el tutelaje. En una cultura pública donde la idea es que otro se haga cargo de mí. ¿Por qué me voy a hacer cargo de mis responsabilidades? Para eso está el...

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