Ingeniería electoral

Por alfredoTorres

Desde tiempos inmemoriales, los sistemas políticos han enfrentado el dilema de representatividad vs. gobernabilidad. En el extremo de la representatividad, un Congreso debería ser multitudinario para contar con representantes de toda la diversidad geográfica e ideológica de un país. En un Congreso de ese tipo, es muy difícil alcanzar consensos, pueden ser regímenes ingobernables. Si se busca la gobernabilidad, en cambio, se tiende a la concentración del poder. El politburó en China, por ejemplo, lo integran 24 personas y su Comité Permanente 9. Este tipo de regímenes son más eficaces, pero pueden ser arbitrarios y ciertamente menos representativos.En la búsqueda de un punto intermedio entre uno y otro extremo, la propuesta del presidente Vizcarra para retornar al sistema bicameral parece inclinarse hacia el criterio de la gobernabilidad. El planteamiento de que sean solo 30 senadores elegidos por macrorregiones y 100 diputados elegidos por microrregiones lleva a que un reducido número de partidos alcance representación ?lo que facilita la gobernabilidad?, pero también que muchos grupos minoritarios queden fuera del Congreso, reduciendo su representatividad.La propuesta no define cómo se formarían las macrorregiones para elegir al Senado, pero si tomamos como referencia el diseño de las encuestas de Ipsos-El Comercio, el Perú podría dividirse en cinco macrorregiones: norte, centro, sur, oriente y Lima/Callao. Según su población electoral, le tocarían 8 senadores al norte, 3 al centro, 7 al sur, 4 al oriente y 12 a Lima/Callao. Con distritos electorales de esos tamaños, lo más probable es que solo sean elegidos senadores de los tres o cuatro partidos más votados.Para el caso de la Cámara de Diputados, las 50 microrregiones propuestas tendrían un promedio de 460 mil electores. El sistema binominal planteado llevaría a una mayor concentración de poder en los dos partidos más votados, lo cual, en teoría, facilitaría la gobernabilidad. El problema es que el partido más votado podría no ser el del ganador de las elecciones presidenciales en segunda vuelta, como ha ocurrido en el Perú más de una vez. Ese grave problema no lo resuelve la reforma propuesta.La ingeniería electoral que se requiere para formar las microrregiones es sumamente compleja. Algunos distritos de Lima como Ate o Comas podrían tener representantes directos, pero otros tendrían que integrarse para llegar a los 460 mil electores. Lo mismo ocurriría con muchas...

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