La indignación empieza por casa

existe en la opinión pública una idea bastante difundida sobre ciertas causas de las protestas en el sur que los manifestantes no han hecho explícitas. Quienes así piensan consideran que la población que participa en marchas y bloqueos sabe que las banderas que enarbola ?la libertad de Pedro Castillo, su reposición en el poder, el cierre del Congreso, etc.? plantean imposibles jurídicos y que, por lo tanto, la indignación mostrada en las asonadas tiene que ver en realidad con demandas insatisfechas de otro orden. Concretamente, con una larga postergación de las necesidades de salud, educación e infraestructura en esas zonas del territorio nacional. Una postergación de la que culparían al Gobierno Central, al Congreso y al ?establishment? en general y que explicaría por qué dirigen su repulsa contra todos ellos y contra la ciudad de Lima, presunto emplazamiento principal del trato discriminatorio que sufren.Se trata, por cierto, de una hipótesis razonable. Es muy fácil imaginar a esos sectores de la ciudadanía profundamente irritados por la nula mejoría que han observado históricamente en asuntos tan esenciales para su vida cotidiana como los ya mencionados? Pero su conducta entraña un error. Los hechos sugieren que el objeto de su cólera debería estar principalmente en otro lado. A saber, en los gobiernos regionales y locales, pues son la incapacidad y la corrupción que campean en ellos el mayor obstáculo para el desarrollo que esos ciudadanos exigen.Dos notas recogidas en la edición de ayer de este Diario apuntan, en efecto, en ese sentido. Por un lado, el contralor general de la República, Nelson Shack, asevera en una entrevista que las mayores brechas en infraestructura y salud, así como los menores niveles de desarrollo de los controles internos en las organizaciones, están en el sur: una región en la que se verifica, además, la mayor cantidad de obras paralizadas en el país.Y, por otro lado, un informe de ECData revela que los gobiernos regionales y municipios de esa zona dejaron de ejecutar el año pasado el 31% de su presupuesto para obras. En el 2022, informa la pieza, el monto no invertido por...

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