La imposible fiesta

Por Raúl CachayLa ?U? se quedó sin estadio. Cristal y Alianza se quedaron sin sus barras principales. Y todo esto es el resultado de un caos que ha existido desde que las barras de los equipos más populares del país comenzaron a organizarse.Cuando yo empecé a ir al estadio, en la segunda mitad de los 80, Norte era una tribuna mayoritariamente crema pero que se percibía neutral a la distancia y los ?ultras? más violentos solían alentar a Alianza desde Sur. Recuerdo que hace tres o cuatro décadas, incluso, se producían jornadas futbolísticas múltiples que forzaban a una tensa convivencia de dos, tres o hasta cuatro barras ?oficiales? en la tribuna de Oriente, al más puro estilo de la vieja Copa Perú. Se producían trifulcas, claro que sí, pero rara vez se hablaba de heridos y mucho menos de muertos.Pero, poco a poco, el germen de la violencia fue enfermando a todos, entre ellos a los propios dirigentes de los clubes que, pese a ser testigos, semana tras semana, de que la violencia y el salvajismo iban in crescendo dentro y fuera de todos los estadios del país, jamás se atrevieron a tomar al toro por las astas y desentenderse de aquellos ?barristas? que incendiaban buses, asaltaban...

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