Historia del transfuguismo

Por Historiador e internacionalistaLa Comisión de Constitución del Congreso aprobó recientemente una iniciativa legislativa en contra del transfuguismo. Si por un lado es verdad que desde la tercera elección de Alberto Fujimori en el 2000, el cambio de bancada de los congresistas se volvió moneda corriente, también se presume que tras la medida asoma el resquemor de Fuerza Popular por controlar su grupo parlamentario, cuya mayoría no milita en la organización. Pero remontémonos a la historia que nos tiene reservadas algunas interesantes analogías. Al igual que hoy, durante el siglo XIX la participación política no se canalizaba a través de partidos políticos, sino de redes clientelares. Un caso paradigmático es el de Ramón Castilla. En la década de 1850, el caudillo tarapaqueño logró pacificar al país y organizar al Estado Peruano gracias a las alianzas provinciales que fue tejiendo en su dilatada carrera militar, que se remonta a la Guerra de Independencia. Esta situación, sumada a las ingentes sumas de dinero obtenidas durante la bonanza del guano, le permitieron a Castilla mantener bajo control a las diferentes élites regionales, adheridas a su proyecto autoritario gracias al reparto poco transparente de las rentas guaneras. Los casos más emblemáticos fueron la abolición de la esclavitud (los esclavos fueron comprados por el Estado a sus propietarios en condiciones más que ventajosas) y la consolidación de la deuda interna, calculada en primera instancia en un millón de pesos y elevada hasta 23 durante el gobierno de José Rufino Echenique. Décadas después, desde 1895, la República Aristocrática escenificó otro pacto muy bien diseñado entre el poder central y las élites regionales, repartiéndose cargos públicos y zonas de influencia. Entonces, los límites del Estado no eran otros más que los linderos de la hacienda, cuyos propietarios ?los gamonales? integraban las cámaras de senadores y diputados desde las cuales defendían férreamente sus fueros. En tales circunstancias, la postulación de un señor provincial por los partidos Civil, Demócrata o Constitucional no suponía necesariamente su adhesión o...

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