Heroínas (silenciosas) en la lucha contra el cambio climático

AutorGeraldine Izaguirre Lopez

El cambio climático es uno de los mayores desafíos globales del siglo XXI. Si bien la magnitud de su impacto varía, principalmente, teniendo en cuenta factores como ubicación geográfica, generacionales, de ingresos económicos, y de género; lo cierto es que, de acuerdo con los hallazgos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los mayores impactos serán soportados por las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables a través de, por ejemplo, el aumento de los precios de los alimentos, la pérdida de ingresos, la pérdida de oportunidades de sustento, los impactos adversos en la salud y los desplazamientos de población (IPCC, 2018).

Este desafío no resulta ajeno a nuestro país, más aún debe considerarse como prioritario en la agenda pública al ser catalogado Perú como el tercer país más vulnerable al cambio climático, después de Bangladesh y Honduras. Según un estudio del Tyndall Center de Ia Universidad de Manchester, el Perú es megadiverso ecológica y climáticamente (tiene 27 de los 32 climas del mundo), lo cual hace que tenga mayor sensibilidad a cualquier desequilibrio y falta de capacidad adaptativa al cambio climático (INEI, 2015). Así, nuestro país reporta siete de las nueve características de vulnerabilidad frente al cambio climático reconocidas por la Convención Mundial de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CNMUCC), de no revertirse oportunamente esta situación -entre otras consecuencias- los desastres naturales (sequías, heladas, fuertes lluvias) seguirían en aumento (MINAM, s.f.).

Ahora bien, reflexionando sobre el impacto que tiene y tendrá el cambio climático en nuestra población, resulta de la mayor relevancia hacer referencia a un estudio sobre 141 países efectuado por el Departamento de Geografía y Medioambiente de la London School of Economics and Political Science (LSE) que pone en evidencia que, aunque los desastres naturales (sequías, olas de calor, inundaciones, entre otros) crean dificultades para todos, mujeres y hombres se ven impactados de modo diferente. Así, a pesar de que la esperanza de vida de las mujeres sea generalmente más alta que la de los hombres, en promedio los desastres naturales arrebatan la vida de más mujeres que hombres. Estas diferencias persisten en proporción a la gravedad de los desastres y dependen de la situación socioeconómica relativa de las mujeres en el país afectado (Neumayer y Plümper, 2007).

El mencionado estudio demuestra que las consecuencias...

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