El Hermitage y el Congreso peruano

Por Martha Meier Miró Quesada. *

El Hermitage de San Petersburgo es uno de los mayores museos del planeta. Se ubica a orillas del río Neva y alberga una insuperable colección artística, atesorada a lo largo de generaciones por los zares de Rusia. ¿En qué se parece a nuestro Congreso nacional? En nada. Aunque, pensándolo bien, la mayoría de nuestros congresistas podrían ser cuadros colgados en la pared (por su inmovilidad e inacción, y no por belleza, claro está). También podría encontrarse cierta similitud en que a los zares de Rusia les expropiaron estas piezas, y que muchos congresistas (salvo honrosas excepciones) parecen haber sido expropiados de inteligencia, decencia, buenas maneras y de la capacidad de articular aunque sea dos ideas coherentemente. El Hermitage está en Rusia y, por esas casualidades de la vida, desde la llegada al poder del presidente Humala (con ‘robacables’, ‘comeoro’ y demás hierbas) mucho se ha pronunciado el nombre de ese país. Esto por Krasny, la empresa que era, pero no era, pero sí era o fue de Alexis Humala, hermano menor de nuestro presidente, y que tuvo, pero no tuvo o casi tuvo negocios con Rusia (de minería, pesca y otras cosas más).

Nuestro Congreso nacional âgracias a sus más conspicuos representantesâ ostenta una pésima imagen, la ciudadanía le tiene poco respeto a sus integrantes (otra vez, salvo honrosas excepciones) y goza de ínfima popularidad. El Hermitage exhibe obras que demuestran la asombrosa capacidad creativa del ser humano, mientras nuestro Congreso exhibe la descollante incapacidad de ciertos humanos para actuar como tales. Ambos espacios tienen algo en común...

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