?Haré una novela arqueológica?

Por Juan Aurelio ArévaloTengo 62 años. Tengo dos hijos que son arqueólogos. Uno acaba de terminar un libro sobre los orígenes de la civilización en el norte del Perú y el otro está especializado en temas de museografía y en la parte educativa. Yo estoy muy contento por eso, aunque debo decir que nunca los obligué a elegir esta profesión. Ellos buscaron su propio destino. ¿Mi mayor virtud? La pasión. ¿Mi peor defecto? La terquedad, pero también soy un poco distraído. Una vez fui a una reunión con zapatos de dos colores distintos sin darme cuenta.Cada vez que le preguntan por qué decidió ser arqueólogo, Alva recuerda los relatos de su abuela materna. ?Ella me contaba una mezcla de cuentos andinos, mitología griega y ?Las mil y una noches?. Pero a mí me marcó la leyenda del príncipe Cuan y la princesa Tantarica que se refiere justamente a lugares arqueológicos, a situaciones de pueblos nativos?. ? ¿Aún le gustan las leyendas?

Sí, me encantan. Mi sueño es escribir. Lo haré cuando tenga más tiempo y esté jubilado. Hay un tema que en el Perú todavía no se hace: la novela histórica; en mi caso, yo haría una novela arqueológica. Eso está muy fuerte en Europa.? ¿Pero un arqueólogo se jubila?

Me refería a cuando me jubile de las cosas formales: dejar la parte administrativa del museo. La jubilación para los arqueólogos no existe. ? ¿Qué es un arqueólogo? ¿Un viajero del pasado?

Es un investigador. Quizá, una especie de detective del pasado, pero básicamente es un apasionado, un apasionado de su trabajo. Tiene que ser muy frío para obtener información, pero debe tener una gran capacidad de interpretación para poder reconstruir la historia. ? ¿Cómo maneja un arqueólogo la pasión del primer encuentro?

Con la cabeza fría y el corazón caliente, como dice el antiguo refrán. ? ¿En su mente vuelve mucho a aquella tarde de julio del 87?

Sí, siempre. Fue sin duda uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Sentir que no solo yo miraba hacia la tumba, sino que alguien me estaba mirando desde abajo. Fue un encuentro en todo sentido.? ¿Usted encontró al Señor de Sipán o él lo estaba esperando?

Creo que hay una mezcla de las dos cosas. Los antiguos peruanos tenían una frase maravillosa: ?Las cosas maduran y cuando maduran viene el tiempo mágico?. Y el tiempo mágico vino esa vez. Yo estaba preparado para ese encuentro, profesionalmente, metodológicamente y hasta emocionalmente. ? Ese hallazgo fortaleció la identidad cultural de un puebloy#8230;

Más allá del...

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