Gustavo Gutierrez, sacerdote de los pobres.

CargoCULTURA

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Gustavo Gutiérrez escribió en 1971 Teología de la Liberación. Allí afirmaba lo que practicó desde que fue ordenado sacerdote en 1959: la Iglesia es de los pobres, y es para ellos, para sacarlos de la opresión y el olvido, que la institución tiene que buscar construir un mundo más justo. El Padre Gutiérrez ha buscado y logrado establecer un diálogo entre la fe cristiana, la filosofía, la literatura y las ciencias sociales. Ha construido, desde el Perú y para el mundo, un mensaje muy claro: la fe no es una barrera para ser críticos; al contrario, la libertad de pensamiento es parte elemental del cristianismo comprometido con la justicia social.

La Teología de la Liberación significó un punto de quiebre para la Iglesia. Traducida a once idiomas, su obra principal rompió algunos moldes que aún hoy imperan en nuestra sociedad, moldes que hicieron y hacen que se malinterprete el mensaje que el cristianismo debe transmitir. Nosotros, que no hemos nacido en la pobreza, que no somos ni despreciados, ni insignificantes, ni oprimidos, no debemos tomar la voz de los pobres, sino que nuestro compromiso con ellos, afirma el Padre Gutiérrez, consiste en "hacer todo lo posible para que los sin voz accedan a la palabra, al relato de su memoria, al relato de su historia; hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que se...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR