Guerreando entre sombras.

AutorEscobar, Ramiro

Ya no hay un frente de batalla como antaño, ni un ejército uniformado y regular como en las películas. Desde hace algunas décadas, y cada vez con más nebulosa claridad, los países, digamos, formales, se enfrentan a un enemigo invisible y multiforme. Al-Qaeda y otros grupos atacan desde las sombras, sin tener necesariamente un comando central, pero con una eficacia basada en tácticas diversas que van desde el cuerpo explosivo hasta un delicado y afanoso uso de internet.

De pronto, aparece nuevamente en la pantalla, vía Al-Yazira (la cadena televisiva de Qatar) o Al-Arabiya (que transmite desde Dubai, la capital de los Emiratos Árabes Unidos). También en alguna televisora 'occidental', como CNN --que corre a prestarse las imágenes cuando las considera importantes--, pero casi siempre con el mismo ritual.

Un hombre por lo general barbado, en atuendo musulmán, se dirige pausada pero firmemente a cierta feligresía global y a la vez desliza amenazas o poco gentiles advertencias contra los países que, se supone, vivimos en el lado de la modernidad. El idioma preferido es el árabe y el personaje más estelar suele ser Osama Bin Laden.

En otras ocasiones, quien aparece en pantalla es un rehén angustiado, pálido y ojeroso, que clama para que su gobierno de origen atienda la demanda de sus secuestradores. Si es mujer --como es el caso de una misionera coreana que formaba parte de un grupo recién plagiado en Afganistán-- tiene que, de todas maneras, salir ataviada con riguroso velo.

LA NATURALEZA DE LA RED

¿Qué hay detrás de ese montaje, aparentemente solo tenebroso, que de cuando en vez estremece al mundo 'cristiano' y provoca alertas naranjas en algunos países? Parece difícil, sobre todo desde el 11 de septiembre de 2001, serenarse un poco y entender la lógica de estos individuos que, movidos por el temor, hemos rotulado como 'terroristas'.

En rigor lo son, pues usan métodos criminales que buscan <> (parte de la definición de Naciones Unidas en 1996). No son hombres virtuosos a quienes podamos conocer por la nobleza de sus actos, al menos desde el punto de vista que nos es familiar.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Con todo, es preciso recordar que el terrorismo no es patrimonio exclusivo de los grupos fuera de la ley o de movimientos guiados por una filosofía religiosa o pseudorreligiosa, como sucede con los islamistas. Los Estados --lo recuerda siempre Noam Chomsky-- también pueden ser terroristas y, de hecho, suelen serio sin medida ni clemencia alguna.

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

Sin olvidar ese detalle esencial, en la escena que se vive en este lado del globo importa comprender los motivos y dinámicas de los, digamos, terroristas más clásicos de este tiempo. Es decir, de los Osama Bin Laden, los Mullah Omar o los Ayman Al-Zawahiri (segundo de Al-Qaeda). O incluso de sus seguidores más modestos.

Una primera constatación es justamente esa: el llamado 'terrorismo internacional' vinculado a los movimientos islamistas (los que pretenden 'islamizar' regiones o todo el planeta por la fuerza) tiene diversos niveles, difuminados en varios sitios, sin que a veces exista una estrecha coordinación con el centro de poder. La estructura no es vertical.

Como sostiene el analista político chileno Fernando Mires, se trata de <>. De ahí que, por ejemplo, no se haya podido establecer de manera rotunda que los presuntos jóvenes autores de los atentados de julio de...

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