Grandes aspiraciones.

CargoPODER Y SOCIEDAD

[ILUSTRACIÓN OMITIR]

La fujimorista década del noventa fue no solamente un tiempo de debacle de la democracia, sino también de una corrupción generalizada. Los socios Atberto Fujimori y Vladimiro Montesinos formaron una organización delictiva de corrupción en todos los niveles de la administración pública, envileciendo la precaria institucionalidad democrática y generalizando la idea de que el sistema democrático es inservible. La lucha anticorrupción no ha tenido el liderazgo político que se merecía. Esa fue la bandera que levantó Alejandro Toledo en 2001, pero no impulsó en la magnitud que se requería, terminando enredado en sus propios entuertos. El APRA tampoco da señales de apoyar la lucha anticorrupción cuando tiene la oportunidad de hacerlo. Si quisiera limpiar un poco su pasado, podría liderar una campaña de limpieza profunda de la corrupción fujimorista todavía enquistada en el aparato estatal, y no solo quedarse en las minucias de los casos de corrupción del régimen toledista.

El caso de la apresurada defenestración del ex premier fujimorista Alberto Pandolfi, hombre cercano a Montesinos además, es una muestra del poco celo del gobierno en este tema. Se supo incluso que Pandolfi había trabajado pocos meses después de iniciado este gobierno por recomendación del primer vicepresidente Luis Giampietri. Fue casi como una provocación, un globo de ensayo para sondear reacciones. El Ejecutivo se excusó por el >, pero la duda...

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