?El gran problema del Perú tiene que ver con la autoestima?

Por Patricia Balbuena

Su familia migró a Trujillo para trabajar en las haciendas azucareras en tiempos de la reforma agraria. Ella nació poco después en La Esperanza, un distrito que, en sus recuerdos de niña, era un páramo sin límites. Luego de pasar por la escuela pública, llegó a Lima para estudiar en San Marcos, y luego a la Facultad de Derecho de La Católica. Y en ese contraste, confiesa Patricia Balbuena, descubrió las diferencias de las que nadie hablaba a fines de los años 80. Entonces los estudiantes de provincia sabían reconocerse y apoyarse frente a una Lima abusiva y discriminadora. Eso era lo normal, lo que había que enfrentar. La resiliencia es una de las mayores virtudes del migrante.La actual ministra de Cultura sabe lo que es el racismo, y no solo por su doctorado en Antropología o su posgrado en Políticas Sociales con mención en Género, Población y Desarrollo. Lo ha vivido. Y cuando le pedimos que comparta alguna historia personal, nos cuenta una con la indignación aún fresca: ?Para el desfile militar del 29 de julio, quisimos sumar la diversidad de nuestra música y nuestros bailes. Y estábamos contentísimos con el resultado. Como autoridad, me dieron invitaciones para que mis familiares puedan ir a ver el desfile. Entonces se las entregué a la nana que cuida a mis hijas pequeñas. Ella ha estado conmigo 18 años de mi vida, y es parte de mi familia. Y estaba feliz. Fue con su pareja y su suegra. Esa tarde, la llamé para preguntarle qué le pareció el desfile, y me dijo: ?He pasado la peor experiencia de mi vida??.?¿Qué pasó?No la dejaron subir al estrado, a pesar de que tenía la invitación. Llegaron temprano al estrado, con sus mejores galas. Y la persona que debía dejarle pasar le dijo: ?¿Y usted quién es??. Ella le respondió que era mi invitada. ?A ver, un ratito?, dijo antes de dejarlos una hora parados en el frío. Luego le argumentó que las tarjetas parecían falsas. Al final, ella y su familia terminaron yendo al final de la Av. Brasil. Se alquilaron una banquita para ver el desfile. ¡Yo estaba furiosa! Se lo comenté al presidente: hacemos este esfuerzo por mostrar la diversidad cultural y, a centímetros de nosotros, un funcionario discrimina, excluye y ejerce violencia sobre una persona que lleva la invitación requerida.?¿Cómo no sentirse desmoralizado cuando un funcionario menor reproduce el racismo que la política del ministerio busca erradicar?Todo el esfuerzo que desplegamos como gobierno para demostrar que la diversidad nos une y que hay que celebrarla, y un funcionario a nuestro lado, responsable de llevar a las personas a sus puestos, utiliza su pequeña cuota de poder para discriminar, utilizando el nombre del aparato público. El racismo es aún más grave cuando es ejercido por un funcionario público, porque lo ejerce en nombre del Estado, en...

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