La gran oportunidad

Por Jaime De Althaus

Es asombroso cómo todavía no conocemos nuestra propia realidad andina y seguimos intentando imponer esquemas exóticos. El nuevo censo agropecuario está empezando a soltar los primeros resultados, y el ministro de Agricultura, Milton von Hesse, ha revelado que ahora hay 2?292.772 de unidades agropecuarias, con el problema de que la fragmentación se ha incrementado y ahora estas tienen, en promedio, solo dos hectáreas, una extensión que el ministro piensa que es muy pequeña para ser competitiva. De allí se desprende la tesis de que hay que procurar la ?asociatividad? de los campesinos y condicionar créditos y otros apoyos a que los agricultores junten sus parcelas en unidades mayores.

Pero eso, en el caso de la sierra, es un error. Los ingenieros limeños piensan siempre en términos de grandes irrigaciones y grandes extensiones, como si la costa fuera todo el Perú. La sierra es la fragmentación de terrenos, de áreas, de climas, de suelos. La unidad productiva no es la comunidad ni la cooperativa. Es la familia. Y la familia puede tener no dos, sino la décima parte de una hectárea, pero si en ella introduce riego por aspersión, pastos cultivados, huertos a campo abierto, crianza de cuyes y otras tecnologías, puede, en esa décima parte de hectárea, multiplicar sus ingresos y percibir más de dos mil soles al mes. Es decir, salir largamente de la pobreza e iniciar un proceso de acumulación en el mercado. Recién como consecuencia de eso, si lo necesita, se asociará con otros agricultores para poner una planta lechera, por ejemplo, o para lo que precise.

No se puede imponer la asociatividad. Esta es un resultado, no una condición. Como tampoco tiene sentido plantear grandes obras de...

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