La gol-balizacion del futbol ecuatoriano: a Jaime, mi padre, que primero me enseno a decir Liga y despues universidad.

AutorCarri
CargoEL MUNDO AL INSTANTE

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EL FÚTBOL COMO ACTIVIDAD TOTAL

El fútbol nació en Inglaterra a mediados del siglo XIX y se extendió como mancha de aceite por el mundo hasta convertirse en la actividad más generalizada (más que el mercado y la democracia). En ese proceso expansivo llegó al país de la mano de las inversiones inglesas en el transporte (ferrocarril), en la minería (Zaruma y Portovelo) y del puerto (Guayaquil) y, poco a poco, se extendió hasta convertirse en el deporte nacional por excelencia, al extremo de que en la actualidad no hay pueblo y barrio que no cuenten con una cancha para la práctica del fútbol.

El fútbol, cuyo origen es el mundo de las universidades elitistas londinenses, luego se difundió hacia las fábricas de la clase obrera y los estratos populares, tornándose negro, indio, blanco, masculino y femenino; en otras palabras, se proyectó rápidamente hacia el conjunto de la sociedad, en una especie de metástasis generalizada que lo condujo a la masificación. En este proceso, los medios de comunicación aportaron significativamente.

Al Ecuador llegó con un contenido social diversificado: en la costa, desde el inicio fue popular, mientras en la sierra fue practicado por la clase media. Sin embargo, con la profesionalización que se vivió a partir de la década de 1970 se generalizó como una práctica popular de alcance nacional, asumiendo--a fines de la década de 1980-- un nuevo contenido étnico: el fútbol ecuatoriano se hace afroecuatoriano. Este sello racial será el que empieza a dar consistencia y estilo al fútbol ecuatoriano y, lo que es más, hace que hoy la selección nacional sea una paradoja: las minorías étnicas (los negros) representan a las mayorías del país (mestizos) y las mayorías (los pobres) representan a las minorías (los ricos). Así, se puede afirmar que el fútbol en el país es un fenómeno policlasista (aunque con jugadores predominantemente populares), multiétnico (aunque con una mayoría de negros) y plurisexual (aunque mayoritariamente masculino).

El fútbol, nacido como un simple juego para las horas libres de la población, pronto se desarrolló como un deporte con alto contenido competitivo, alcanzando la condición de espectáculo cargado de múltiples expresiones y determinaciones en los ámbitos de la economía, la sociedad, la política y la cultura. Al Ecuador llegaron tarde estas nuevas manifestaciones: fue solamente cuando la modernización capitalista se instauró en el país de la mano de la explotación petrolera, y cuando se profesionalizó la actividad del fútbol, que se modificaron sustancialmente las relaciones entre el futbolista, la dirigencia y el hincha en el mercado.

DE LO LOCAL HACIA LO NACIONAL

Al inicio, el ámbito del fútbol ecuatoriano fue local y los campeonatos se jugaban entre los equipos del mismo patio. En Quito, los clubes nacieron de la amistad construida en el barrio o la institución laboral. Allí están, por ejemplo, Argentina, que luego se transforma en el equipo de la Plaza del Teatro, con el nombre de la ciudad. El Crack, que se queda en el camino, al igual que América, Gladiador, Gimnástico y Atahualpa, entre otros, debido a que no fueron capaces de adecuarse a los pasos impuestos por la historia. En Guayaquil ocurrió lo mismo, pero alrededor de las colonias de extranjeros que dieron nacimiento a los equipos históricos de la ciudad: el Barcelona en 1925 (Catalanes) y EMELEC en 1929 (con George Capwell de los Estados Unidos).

Es interesante notar que la principal característica de este origen fue la ausencia de la diferenciación entre jugador, dirigente e hincha, pues no había una > o especialización de funciones, siendo una actividad de carácter lúdica local propia del tiempo libre (ocio). Los nombres de los equipos iniciales hacen referencia a las identidades provenientes de matrices territoriales externas (Argentina, Barcelona, Panamá, Uruguay, Everest) o internas (Guayas, 9 de Octubre, América, Río Guayas).

Más adelante, el fútbol, que solo existe en la medida en que se compite, empieza a necesitar de una institucionalidad superior a cada uno de los clubes para regir y dotar de cierta racionalidad operativa a los torneos locales. Allí, y en ese contexto, nacen cuatro asociaciones provinciales, germen de la institucionalización del fútbol nacional, que tiene como base territorial a las ciudades de Guayaquil, Quito, Ambato y Manta. El caso más interesante es el de AFNA, de la provincia de Pichincha, que se define a sí misma por lo que no es: Asociación de Fútbol NO Amateur.

Desde fines de la década de 1950 y principios de la de 1960, el fútbol entra en un franco proceso de nacionalización, aunque mantenga una expresión regional sierra-costa bajo la hegemonía de Quito y Guayaquil. En este proceso confluyen tres elementos: la consolidación institucional de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, la realización de los campeonatos nacionales y la presencia de la selección nacional.

La Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) se consolida como la entidad rectora de los campeonatos nacionales y del conjunto del fútbol profesional en el país, con una visión centralista y hegemónica de la provincia del Guayas. En 1957, bajo su rectoría, se inician los campeonatos nacionales y, con ello, los clásicos tienden a...

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