El gobierno defiende su gracia

Por suspenso en la corteAl ministro Enrique Mendoza le salió del forro decir, en entrevista en El Comercio el domingo pasado: ?No tengo ninguna confianza en la comisión?. Hablaba, sin siglas ni ambages, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Luego concluyó: ?El asunto está en la Corte [IDH], felizmente?. ¿Tiene fundamento la hosca franqueza de Mendoza? ¿Se puede diferenciar a corte y comisión? Según fuentes que consulté en ambos bandos, la respuesta es sí a las dos preguntas. En la audiencia del viernes 2, los miembros de la CIDH reclamaron con más contundencia que los defensores de las víctimas. Si estos últimos se concentraron en exigir la revocación del indulto, la CIDH pidió a la corte que de paso se cargue al derecho de gracia, aunque este no tuviera relación directa con la sentencia de Barrios Altos, que fue la razón original de la audiencia. El pedido maximalista de la CIDH, actuando como fiscal que pide mucho para que le den más que un poco, fue reafirmado en un tuit del brasileño Paulo Abrao, su secretario ejecutivo: ?La CIDH ha solicitado revocar el indulto y la gracia a #Fujimori. No nos parece típicamente humanitario. No es reconciliación hacia las víctimas. Es simple impunidad. #Perú debe volver a ser un ejemplo de justicia internacional frente a las graves violaciones de derechos humanos?.Por todo esto, no parece descabellado que el titular del Minjus, que no quería ni oír hablar del derecho de gracia, y cuya principal línea de defensa era convencer a la corte de invitar a las víctimas a accionar contra el indulto en la justicia peruana, se fuese al otro extremo. Además, al Minjus le molestó que la CIDH se pronunciara tan solo un día después del indulto y que actuara como si la audiencia del 2 hubiese estado motivada exclusivamente por indulto y gracia; cuando en realidad era una audiencia de supervisión en general. Sobre las diferencia de corte y comisión, las hay por una razón de origen: si para formar la CIDH los países miembros de la OEA proponen a activistas de derechos humanos, que suelen coincidir en posiciones que van del centro hacia la izquierda; para la Corte IDH proponen a jueces con un background político más diverso. Por ejemplo, el mexicano Eduardo Ferrer, presidente de la corte, es un ilustre académico sin una posición política visible. Luego de hablar con fuentes del Minjus, de la defensa de las víctimas, de la defensoría, y con un ex juez de la corte; podríamos decir que el rango del fallo...

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