El Gobierno y su corsé

Por Gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE)

¿Cómo proteger al aparato público de su captura por parte de grupos interesados que llegan al poder solo para servirse a sí mismos? La respuesta no es fácil y requiere separar con cuidado lo que corresponde a la coyuntura, a la urgencia de la inmediatez, de lo que corresponde a asuntos más estructurales o de fondo. Sirve para ello pensar en tres tiempos diferentes: la crisis política actual, las reglas del juego político que nos llevaron hasta aquí y la fragilidad del sector público.Sobre las primeras dos, se viene discutiendo ya en extenso. La salida al entrampamiento político de hoy aún no es clara, pero lógicamente ocupa la mayor parte de la atención. Algunos ?cada vez menos? creen que el Gobierno puede aprender de sus equivocaciones de los primeros nueve meses y enmendar el rumbo. Otros ?cada vez más? apuntan a soluciones realistas que discurren desde la vacancia presidencial hasta el adelanto de elecciones generales.En segunda instancia, para los observadores más responsables, no pasa desapercibido que sin un intento de reforma política el país puede perfectamente repetir los errores que nos llevaron hasta aquí. Si en el 2023 volvemos a tirar los dados electorales con casi los mismos jugadores y casi las mismas reglas de las elecciones anteriores, ¿por qué deberíamos esperar un resultado distinto del caos político en el que vivimos desde hace seis años?Pero del tercer punto, más bien, se ha conversado poco. Mejores reglas políticas deberían derivar en mejores autoridades, pero ¿y si no sucede?, ¿qué planes de contingencia, qué lecciones deberíamos sacar de este período para reducir los riesgos de captura del sector público al margen de los resultados electorales? En condiciones normales, esta materia es casi igual de importante que la discusión sobre una reforma política. Pero en condiciones como las actuales puede ser aún más urgente.Un primer espacio para limitar el daño es a través de los nombramientos. Algunos esfuerzos se han ensayado en este camino. La Ley 31457, publicada hace menos de un mes, por ejemplo, intenta prevenir que personas con procesos judiciales abiertos asuman el cargo de ministro o viceministro...

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