Un frío gobierno

Por Fernando De Trazegnies (*)Hace unos días he leído consternado en los diarios que, como ?comienzo de temporada invernal?, ya han muerto veinte niños en Puno por el friaje. Esto empieza a convertirse en una regularidad: cada año muere un número alto de niños menores de 5 años en la puna, a causa de neumonías causadas por el friaje. Este año comenzamos con veinte. Y ya se ha aumentado en 19% la tasa del año anterior. ¿Cuántos niños morirán durante toda la temporada fría? ¿Y cuántos adultos mayores morirán también por la misma causa?Me siento indignado de saber que comenzamos ya con esta cuenta en los primeros días de invierno; y comprobar que esto se repite de año en año. Realmente, es algo que no puede tolerarse. Los niños y los viejos deben ser especialmente asistidos para evitar esas muertes. Sin embargo, cada invierno indefectiblemente nos anuncian que las muertes siguen a pesar de todos los programas de salud que dice el gobierno (o los gobiernos) que se ejecutan. (Nota: cuando hablo de ?gobierno? en este artículo me refiero a todas sus formas, porque todas son igualmente responsables: gobierno nacional, gobierno local, gobierno municipal).El friaje es un cambio climático que no podemos evitar. Pero la respuesta del gobierno al friaje es un acto social que debe ser absolutamente eficiente y definitivamente preocupante. No estamos ante un problema menor que se puede evadir con una o dos medidas furtivas. Estamos ante la muerte de nuestros niños y de nuestros padres. Y con esto no se juega. El gobierno (o los gobiernos de todo tipo y nivel) es culpable por omisión tantas veces como muertes se produzcan.Quienes vivimos en Lima y tenemos calefacción, prendas de abrigo para vestir, cunas para nuestros bebes, ¿somos conscientes de que en Puno no hay nada de eso que nos parece tan natural y que los niños y los viejos mueren porque no se encuentran en Lima sino en la puna? No admito la respuesta de que eso es un mal inevitable por razones climáticas. En la época actual, en la que vivimos rodeados de computadoras, televisores, celulares, automóviles, etc., no está permitido decir que no hemos podido ?obviamente, no impedir el friaje? sino evitar los efectos nocivos del friaje en las zonas altas de nuestro propio país.El mundo moderno, del cual todos los limeños disfrutamos en mayor o menor grado, sin darnos mucha cuenta, tiene múltiples posibilidades de hacer frente no al friaje, sino a sus consecuencias mortales.Simplemente para poner un...

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