El gimnasio va a tu parque

Por Liliana MichelenaDe la oficina a la casa y de la casa a la oficina, Silvia, de 45 años, pasa buena parte de sus días entre cuatro paredes o, en medio del tráfico, entre cuatro puertas. En el apuro de la vida citadina, el gimnasio acaba representando otro lugar cerrado al que acudir. Por eso ha vuelto la mirada al parque. Todos los miércoles y sábados, mientras su hijo y sus amigos complementan la educación física escolar con entrenamiento personalizado, Silvia los acompaña en un ambiente diferente. Prohibido pisar el jardínLa tranquilidad del parque es nueva para Érika Díaz, de 52 años, su instructora. Profesora de historia y geografía, Díaz cambió la educación secundaria por la educación física en los años ochenta, cuando empezaba la moda del ?step?. ?En mi departamento puse espejos, llamé a un par de profesores y me preparé para dar clases si uno de ellos faltaba?, cuenta. Decenas de cursos y especializaciones después, hace ocho años cambió los espacios cerrados por el entrenamiento funcional al aire libre, que lleva por los parques de San Isidro y Miraflores, cargando el gimnasio entero en la maletera.?Cuando empecé venían los de serenazgo y fiscalización, tomaban fotos y luego nos miraban como si alguien estuviera robando o haciendo desorden?, recuerda. ?No nos dejaban entrenar porque decían que malográbamos el jardín, aunque nos íbamos moviendo para no desgastarlo. Si pasábamos a un extremo de la vereda, decían que impedíamos el paso y tampoco nos dejaban entrenar?.La persecución cesó cuando más personas empezaron a salir a la calle, en un movimiento que los entrenadores atribuyen a la...

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