Gigante sobredimensionada

AutorThe Economist

Causó gran revuelo la renuncia de Dave Clark como logista en jefe de Amazon (CEO de su división Worldwide Consumer) para asumir como CEO de Flexport, empresa de software para transporte de carga. Su partida ocurre cuando la gigante tecnológica está inundada de exceso de capacidad en su negocio de almacenamiento y distribución, que capitaneó durante la mayor parte de sus 23 años en la compañía. Algunos se preguntan si fue despedido.

Clark deja con una severa jaqueca a Andy Jassy, el CEO de Amazon, pues además de sus excesivas instalaciones y planilla, por primera vez en sus 28 años de historia, se halla inmersa en un torbellino inflacionario que está estropeando su capacidad para predecir el futuro. La situación está muy mal en Estados Unidos, pero está peor en sus operaciones en el resto del mundo, lo cual dificulta corregirla.

Al analizar Amazon, se presta más atención a su negocio minorista norteamericano, principalmente Estados Unidos, pero también Canadá y México, que representa casi el 60% de sus ventas. Su negocio internacional incluye docenas de países, de Japón a India, partes de Europa occidental, y otros más, que se desempeña por debajo de su potencial: solo aporta el 25% de las ventas totales. El porcentaje restante corresponde a su creciente negocio en la nube.

Por eso no sorprende que el frenético impulso logístico de Amazon en los dos años pasados haya comenzado en casa. Desde el inicio de la pandemia, la compañía entendió que los confinamientos alimentarían la demanda por compras online. Así que olvidó las precauciones y se dedicó a construir almacenes y contratar personal. Según Marc Wulfraat, presidente de la firma de consultoría logística MWPVL, Amazon creó tanto espacio para almacenaje y despacho en ese periodo como lo hizo en medio siglo la cadena de supermercados Walmart.

Amazon recién inició su negocio logístico el 2014, pero ya superó a FedEx y se acerca a UPS. Su fuerza laboral total casi se duplicó desde el 2019, hasta 1.6 millones de empleados. Fue un esfuerzo hercúleo, con serias consecuencias cuando llegaron la inflación y la variante ómicron. El exceso de almacenes y de personal, más la inflación, añadieron cada uno US$ 2,000 millones a los costos en el primer trimestre, respecto del mismo periodo del 2021, lo que se tradujo en pérdidas totales. La próxima épica será eliminar esos costos.

Aquí es donde el resto del mundos se convierte en un gran problema, pues el control de costos es más complicado en el...

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