Una gestión (desintegrada) del agua
Autor | Laureano del Castillo |
Cargo | Director ejecutivo del Cepes |
Páginas | 21-23 |
21
MARZO de 2024
Recordemos que, conforme a la Ley
de Recursos Hídricos, la ANA es el
ente rector y la máxima autoridad téc-
nico-normativa del Sistema Nacional
de Gestión de los Recursos Hídricos;
más aún, el artículo 14 de la misma
norma señala que es responsable del
funcionamiento de dicho sistema. La
primera de sus funciones, de acuer-
política y estrategia nacional de los
recursos hídricos y el plan nacional
de gestión de los recursos hídricos,
conduciendo, supervisando y eva-
luando su ejecución».
Para cumplir esa importante fun-
ción y conducir la gestión de los
recursos hídricos, se requiere, sin
ninguna duda, que la conducción de
la institución posea estabilidad. No
obstante, la realidad muestra algo
resulta del recuento hecho por un
asociado del Instituto de Promoción
—que reproducimos parcialmente—,
en los quince años de funcionamiento
de la ANA, esta institución ha tenido
18 jefes, de los cuales solo uno ha
superado los dos años en el cargo
mientras que solo duró dos meses
2011) el que menos tiempo la jefa-
en dos oportunidades el cargo de jefe
de la ANA; pero, en el mejor de los
casos, solo un poco más de dos años
y ocho meses desempeñó el puesto
Una gestión
(des)integrada del agua
Laureano del Castillo1
Creada originalmente en marzo de 2008,
restablecida al año siguiente en la Ley de Recursos
Hídricos, la Autoridad Nacional del Agua (ANA)
tiene quince años desde su instalación, pero ha
visto desfilar a un número mayor de funcionarios
en el cargo de jefe de la entidad.
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