El genio perpetuo

Por alberto servatSucedió hace noventa años. Y aunque la historia es ampliamente conocida no deja de sorprender cada vez que se imprime. Como todos los días, el 7 de junio de 1926 el arquitecto Antoni Gaudí se dirigía a la iglesia de San Felipe Neri para rezar. Inesperadamente, un tranvía lo atropella en la Vía de las Cortes Catalanas. Debido a su descuidada apariencia es tomado por un mendigo y los curiosos actúan con negligencia. Finalmente es llevado al Hospital de la Santa Cruz donde, al día siguiente, lo reconoce un religioso. Pero es tarde. Gaudí muere dos días después. Para entonces ya era considerado un genio. Y más adelante el mundo entendería que aquel excéntrico artista le confirió una identidad arquitectónica a su ciudad, cambiando las reglas del juego, aunque sin dejar escuela. Por eso se trata de un iluminado del arte.?Su temperamento solitario, impulsivo y silencioso lo condujo a una vida dedicada a su trabajo, a su familia y a la contemplación religiosa. Aparte de unos pocos artistas, intelectuales y políticos que reconocieron la excepcional naturaleza de su arte, sus contemporáneos fueron relativamente hostiles a sus creaciones?, escribe Daniel Giralt-Miracle en el catálogo de la exposición ?Barcelona and Modernity: Picasso, Gaudí, Miró, Dalí? (2007). En el 2003 el Vaticano abrió oficialmente el proceso de beatificación de Antoni Gaudí, sumando un aspecto inesperado a su ya excéntrica imagen: la santidad.?El genio y su tiempo?Antoni Gaudí i Cornet (Reus, 1852) no solamente dejó una huella irrepetible en la historia de la arquitectura. Su personalidad también lo distingue desde el momento en que entra en escena, tremendamente religioso y apasionado de la naturaleza y de Cataluña, su tierra. Todo esto se ve plasmado de alguna manera en su obra. ?La obra madura de Gaudí aparece paralelamente al momento en que surge el art nouveau en el resto de Europa, particularmente en Viena, Bruselas, Glasgow y Barcelona?, nos explica el artista y arquitecto mexicano Victor Pimstein. Ciudades que hasta ese momento no eran conocidas como capitales del arte lo llegan a ser en aquel momento por ?el deseo inconsciente de resistir el lenguaje y la lógica de la arquitectura industrial y el arte oficial que parecían haber ganado la partida a la cultura más personal y auténtica?. ?Así pues ?continúa Pimstein?, es exactamente en estas ciudades industriales en las que se desarrolla una reacción que busca ahondar en las fuerzas espirituales e...

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