El género y la historia

Por Presidente ejecutivo de Ipsos PerúEl artículo de Kenji Fujimori ?Todos somos la minoría? (El Comercio, 6/4/17), en el cual defiende ?la tolerancia indispensable ante los temas de género y la libertad de prensa?, en contra de las posiciones prevalecientes en su partido, puso en evidencia que el debate entre liberales y progresistas de un lado, y conservadores y autoritarios del otro, tiene para rato y se da también, aunque soterradamente, en el interior del partido que lidera su hermana Keiko. Y, si bien hay un consenso muy amplio a favor de la libertad de prensa, la distribución de la población con relación al tema de género está dividida. El debate sobre el género en el Perú gira actualmente alrededor de la educación sexual y la homosexualidad. A partir de un conjunto de preguntas efectuadas por Ipsos sobre estos temas se pueden distinguir tres grandes grupos en la población peruana. Uno liberal, donde se encuentra alrededor de 30% de la ciudadanía; uno moderadamente conservador, que engloba a cerca de 50%; y uno ultraconservador, que representa otro 20% de la población. De acuerdo con esta segmentación, los liberales creen que la educación sexual debe impartirse en los colegios y están de acuerdo con la unión civil; los conservadores moderados aceptan que se imparta educación sexual en los colegios y afirman que los homosexuales deberían tener los mismos derechos que los heterosexuales, pero se oponen a la unión civil; y los ultraconservadores rechazan la educación sexual escolar ya que creen que los niños pueden volverse homosexuales por lo que se les enseña en los colegios, y los homosexuales son personas enfermas, cuando no diabólicas. La proporción de liberales es mayor entre las personas de mayor nivel educativo y entre los más jóvenes ?los ?millennials?, como diría Kenji?, lo que no es una sorpresa. Históricamente, las personas más educadas y las más jóvenes han abrazado las ideas de vanguardia que, con el paso del tiempo, han sido aceptadas por la mayor parte de la población. Tal como ocurrió en el pasado con otras dos reivindicaciones de género: el voto femenino y el divorcio. Hace un siglo, muy pocos países en el mundo aceptaban el derecho de la mujer a votar. La lucha de las sufragistas fue larga e incluyó marchas, prisión y huelgas de hambre, pero al final triunfaron. En Europa las mujeres pudieron votar por primera vez en Finlandia en 1907 y poco después en Noruega y Suecia. El primer país en permitir el voto de la mujer...

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