Un G-20 con un ambiente extraño

Por Francisco Belaunde Matossian. InternacionalistaEl objeto de la liturgia del G-20 es la economía, pero, tal como se presenta la actualidad, ese tema podría ser lo de menos en la cita de San Petersburgo. No solo las mentes están ocupadas desde hace varios días por la perspectiva del anunciado ataque norteamericano a las fuerzas del presidente sirio, Bashar al Asad, sino que, en esta oportunidad, el país anfitrión, Rusia, es, precisamente, un firme y dedicado aliado de este personaje. El momento en que Vladimir Putin y Barack Obama se estrechen protocolarmente las manos será tal vez uno de los más fotografiados y filmados de la historia. No es para menos: poco días después de ese ejercicio de formalidad, ambos mandatarios estarán, muy probablemente, enfrentados indirectamente en el terreno militar.Está claro que los asistentes a la cumbre se verán obligados a pronunciarse sobre el Caso Sirio. Por lo pronto, el filósofo francés, Bernard Henri-Levy, el exitoso promotor intelectual de la intervención bélica contra el desaparecido régimen de Muamar Gadafi, ha publicado hace unos días un artículo en ?Le Monde?, en el que llama a Obama a utilizar la tribuna de San Petersburgo para defender la necesidad de actuar...

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