Fútbol, política y sociedad

Por virginiaRosas

El Comercio no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.No cabe la menor duda de que los futbolistas de nuestros tiempos cumplen la función de aquellos héroes que regresaban victoriosos, cargados de medallas tras participar en batallas épicas.Es por eso que la renuncia al equipo nacional del futbolista alemán Mesut Özil ?de origen turco pero nacido en Renania? debido a ?razones racistas y de falta de respeto hacia mi persona? ha desatado polémica a orillas del Rin, en donde el futbolista simbolizaba la integración de la amplia comunidad turca de Alemania (tres millones).Todo comenzó el 13 de mayo, cuando el mandatario turco Recep Tayyip Erdogan, en plena campaña para su reelección por el Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), se presentó en un hotel de Londres. Allí se encontraban también dos estrellas del fútbol germano: Özil, que juega en el Arsenal, e Ilkay Gündogan, del Manchester City. Ambos se fotografiaron con el presidente candidato y le regalaron camisetas de sus respectivos equipos. Ese mismo día, las fotos de Erdogan, en el poder desde el 2003, circulaban por los principales medios turcos. Punto para el AKP.Erdogan encabeza un partido autoritario, islamo-conservador, que respeta muy poco o nada los derechos humanos. Prueba de ello son los cientos de periodistas y opositores encarcelados y la clausura de medios de comunicación.Es en ese contexto que Özil y Gündogan fueron criticados. Por haber rendido homenaje a un gobernante autoritario que está en las antípodas de lo que...

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