El fútbol en Palestina

Por Ezequiel Fernández Moores.

Hamid Younis Abu Daqqa murió baleado el jueves pasado mientras jugaba al fútbol. La camiseta manchada de sangre del Real Madrid, con el nombre del alemán Mesut Özil y el número 23, quedó como triste recuerdo. Las balas del ejército israelí le penetraron el abdomen cuando Hamid se aprestaba a iniciar el segundo tiempo. Como todos los días, antes de la puesta del sol, jugaba partidos de media hora con amigos frente a su casa de Abassan al Kabira, franja de Gaza, a un kilómetro y medio de la frontera con Israel. Hamid tenía 13 años y su ídolo era Cristiano Ronaldo. Su padre contó que Hamid soñaba con jugar en la selección. El fútbol, aun en medio de bloqueo, balas y cohetes, es más importante de lo que muchos suponen para los palestinos. ?Es nuestro espacio -dijo un hincha a ?The Nation?- para olvidar dónde estamos y recordar quiénes somos?.

Hamid llegó muerto al hospital de Khan Younis. Las imágenes del funeral, multitudinario, muestran su rostro descubierto, el cuerpo envuelto en la bandera palestina. Fue la primera de las más de cien víctimas fatales de la última escalada de violencia, en medio de un anuncio de tregua que no aleja los temores de un nuevo baño de sangre. Una semana después de la muerte de Hamid, misiles disparados por aviones israelíes F-16 destrozaron el estadio de Palestina. Había sido reconstruido en el 2006 con fondos de la FIFA, después de que bombas israelíes dejaron un enorme cráter en la cancha. La selección ya no jugaba más en Gaza. El presidente de la Federación, Jibril Rajoub, preso de los 15 a los 32 años, ex custodio de Yasser Arafat, teme ahora que vuelvan los viejos tiempos, cuando la selección no podía siquiera completar 11 jugadores porque Israel bloqueaba las salidas por cuestiones de seguridad.

El debate entre hinchas en la prensa deportiva sobre dos pueblos que se niegan el uno al otro, como siempre, incluyó historia, religión, geografía y política. Acusaciones cruzadas con la pregunta eterna sobre quién estaba antes y quién comenzó primero. Halcones y palomas de uno y de otro lado.

Por experiencia, me dice Harold Mayne-Nicholls, ex presidente de la federación chilena y que viajó a Ramala como dirigente FIFA, los palestinos ?están acostumbrados a que se incumplan las promesas?. En un artículo en ?El Mercurio? contó que, pese a los problemas, el fútbol palestino cuenta con tres divisiones y ligas regionales, tiene también liga nacional y distintas selecciones femeninas, un...

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