Fuga de capitales

AutorThe Economist

Fue un año oscuro para el optimismo sobre China. El índice CSI de 300 acciones nacionales cayó un 13% en 2023, por debajo de los niveles observados durante las restricciones más recientes relacionadas con la pandemia. Un mercado inmobiliario en problemas está dejando a las empresas insolventes, mientras que las perspectivas de crecimiento económico son malas, al igual que el liderazgo autoritario obstinado en el país y una relación incómoda, ciertamente con los principales socios comerciales, creando un entorno financiero sombrío.

También desalientan el capital. Los inversores extranjeros que alguna vez tuvieron un entusiasmo ilimitado por el país se están marchando en masa, al igual que muchos chinos ricos. Según el Instituto de Finanzas Internacionales, hemos observado salidas de capital de acciones y bonos chinos durante cinco trimestres consecutivos, lo que supone un récord. Las empresas también están mirando hacia afuera: los flujos netos de inversión extranjera directa (IED) en China fueron negativos en el tercer trimestre por primera vez desde que comenzó la recopilación de datos hace un cuarto de siglo.

Se cree que las salidas de capital por valor de unos 500.000 millones de dólares están enmascaradas por la poco clara balanza de pagos de China. El primer desafío para los inversores preocupados es evitar los controles de capital del país.

Algunas transferencias se realizan por etapas: los residentes de China continental pueden comprar pólizas de seguro por valor de hasta 5.000 dólares a la vez en Hong Kong. Entre enero y septiembre, estas compras ascendieron a 6.000 millones de dólares, un 30% más que en el mismo período de 2019. Una forma en que las empresas pueden sacar dinero del país es aumentando el gasto en gastos de envío. Todas las demás carreteras están cerradas. En octubre, China prohibió a los corredores locales facilitar inversiones extranjeras para los residentes. Además, muchos países se están volviendo menos hospitalarios. En Estados Unidos, docenas de legislaturas estatales han bloqueado las compras de tierras y bienes raíces por parte de extranjeros no residentes. En el año que finalizó en marzo, los compradores chinos gastaron 13.600 millones de dólares en bienes raíces estadounidenses, menos de la mitad de la cantidad gastada durante el mismo período en 2017.

En Europa, las visas doradas, que otorgan residencia a cambio de inversión, están cayendo en desuso y los programas han sido restringidos o abolidos en...

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