Un frente con esperanzas

Por Ernesto Velit Granda. Analista políticoLas agrupaciones de izquierda democrática decidieron finalmente constituirse en un frente, al parecer, cumpliendo un juramento ante los restos de Javier Diez Canseco.Se trata de un paso importante, sin duda, porque políticamente expresa las aspiraciones de un sector ciudadano cuya dimensión nadie conoce, pero su calidad sí.El valor de este frente lo sabremos más adelante. Primero veámoslo andar, fortalecerse, programar sus actividades, mostrar los rostros nuevos que promete y hacer público su discurso convocador.La historia de la izquierda de los últimos años puede catalogarse como una sucesión de flujos y reflujos de exigencias y teorías que nunca llegaron a plasmarse en un programa coherente con las demandas populares.La unidad de la izquierda está por realizarse, y no es solo un problema de articulación y convivencia de grupos y movimientos. El asunto es más hondo y, mientras no se construya, todo es ficticio.La propia izquierda requiere ser refundada, porque no se trata de juntar partes para lograr un todo.El frente tiene que ser portador de una alternativa plena de vida, de humanidad, de verdad. De lo contrario, será una propuesta falsa más para unirse a las que ya existen.Deben fomentarse políticas abiertas de debate que confronten ideas y experiencias. Igualmente, se deben crear espacios para la producción intelectual de ánimo pluralista recogiendo enseñanzas que provengan de otras latitudes, pero sin desdeñar lo nuestro.Construir un frente no es tarea fácil. Lleva implícito el germen de la conflictividad. Por ello, no se debe aceptar a quien trae en su mochila una propuesta individualista o una candidatura que promocionar.Si bien se parte del principio de que nadie sobra...

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