El fracaso empresarial y los auditores

AutorFrancisco Gabás
CargoCatedrático de la Universidad Autónoma de Zaragoza

En el momento actual existe un consenso general, de marco legal, reguladores, auditores, empresas y actores económicos, sobre la conveniencia de que los auditores realicen su trabajo con tres objetivos concretos.

1. Planteamiento del tema

Estos tres objetivos son:

- Impulsar la calidad de la información económico-financiera de las empresas.

- Prevenir el fraude y los incumplimientos de las normas legales.

- Opinar sobre la situación económico-financiera de las empresas y su viabilidad en el futuro a corto plazo.

Los tres objetivos se han reafirmado en los dos últimos años, como consecuencia de los fracasos empresariales y de las irregularidades conocidas en algunas grandes empresas, mayoritariamente norteamericanas.

A pesar de que este contexto no es el más favorable para valorar positivamente las discrepancias sobre la estrategia general, en las líneas siguientes nos proponemos describir brevemente el estado de la cuestión y fundamentar la conveniencia de sustituir el modelo tradicional por una propuesta distinta, con el propósito de inspirar y fundamentar un cambio del actual marco legal, incluyendo las normas (técnicas) de auditoría generalmente aceptadas.

2. La opinión del auditor respecto de principios de contabilidad generalmente aceptados

Los pronunciamientos de muchos países sobre principios de contabilidad generalmente aceptados, en el siglo pasado, están basados en las propuestas norteamericanas de los años cincuenta, e incluyen en el listado de principios, el de gestión continuada o empresa en marcha.

La interpretación contable de este principio pone énfasis en que la empresa debe tomar una decisión sobre dos opciones, de acuerdo con su orientación al futuro y la continuidad de su gestión inmediata, de tal modo que si no hay problemas se utilizarán los restantes principios de contabilidad generalmente aceptados del listado, mientras que si, por el contrario se prevén causas fundadas de discontinuidad o fracaso, corresponde sustituir los principios contables normales por los de venta o liquidación.

Este enfoque operativo estrictamente contable ha sido sorprendentemente sustituido en auditoría por una interpretación muy distinta en dos pasos. En primer lugar, la opinión del auditor sobre los estados financieros se refiere a la adecuada aplicación para su elaboración de principios de contabilidad generalmente aceptados. En segundo lugar, el listado de principios incluye el de gestión continuada, por lo cual si los estados financieros se obtienen aplicando adecuadamente los principios contables, se llega a la conclusión de que se aplica el principio de continuidad de la empresa y, por tanto, se alcanza finalmente la seguridad definitiva de que la empresa tiene que continuar y el auditor certifica que así será.

El corolario de esta cadena de razonamiento es que los actores económicos han llegado a este convencimiento y desde esta postura el marco legal confirma y regula esta situación. No obstante lo anteriormente indicado, defendemos la idea de que la normativa parte de un desfase conceptual sorprendente, que consiste en dar por hecho que la fórmula general de cumplimiento de principios de contabilidad generalmente aceptados, en la opinión de auditoría, implica interpretar un principio contable de forma totalmente distinta de las interpretaciones del resto de principios.

El principio contable de gestión continuada en auditoría se utiliza en el sentido de que...

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